La deuda de la Revolución Científica con el latín
La ciencia, tal como la conocemos ahora, surgió del estudio de la naturaleza a partir de finales del siglo XV hasta el XVIII. Al ser la lengua franca de la época, el latín fue clave en este desarrollo. Sin embargo, aunque el alcance y la importancia del papel del latín se conocen desde hace tiempo, aún había muchos detalles concretos por descubrir. El equipo del proyecto NOSCEMUS, financiado por el Consejo Europeo de Investigación, ha creado una base de datos con unos mil textos científicos en latín y ha publicado una monografía sobre el tema, que publicará próximamente Oxford University Press. Además, se elaboraron otras cuatro monografías en las que se analizan las funciones clave de la literatura: nombrar nuevos objetos y nociones, describirlos y explicarlos, argumentar a favor de determinadas posturas y divulgar la ciencia. «Esta primera panorámica de la literatura científica en latín de principios de la Edad Moderna ofrece un buen punto de partida para los investigadores que deseen perfeccionar o profundizar sus conocimientos en áreas concretas», afirma Martin Korenjak, coordinador del proyecto NOSCEMUS.
Maravillas de la digitalización y problemas de la categorización
Aunque los programas de digitalización masiva como Google Books ofrecían una valiosa oportunidad de investigación, ya que el número de textos pertinentes ascendía a seis cifras, en lugar de aspirar a la exhaustividad, Korenjak trató de representar la cronología, las disciplinas científicas y los géneros literarios. La cronología resultó relativamente fácil —el período se dividió por siglos, desde la invención de la imprenta hasta la desaparición del latín—, pero el resto fue más complicado. A medida que la ciencia ha ido evolucionando, el panorama de la ciencia de principios de la Edad Moderna no puede trasladarse sin más al actual. Para ello, Korenjak utilizó en la base de datos una combinación de categorías de principios de la Edad Moderna (alquimia, astrología, etc.) y del resto de esa misma era (física, etc.). Mientras tanto, los textos se dividieron en veinte géneros principales, lo que obligó a omitir géneros secundarios y a inventar algunos nuevos. Para transcribir los textos latinos de la base de datos, Stefan Zathammer, colaborador de Korenjak, desarrolló una versión de la herramienta de reconocimiento óptico de caracteres «Transkribus». Hoy en día, otros investigadores la usan de forma generalizada, y también puede reconocer impresiones en las distintas lenguas vernáculas y tipos de letra de la época. Uno de los principales hallazgos de NOSCEMUS fue que, dado que los textos científicos y técnicos suelen quedar fuera de su ámbito de especialización, la imagen que los latinistas tienen de la literatura latina de principios de la Edad Moderna ha estado indebidamente dominada por otro tipo de escritos, en particular las bellas letras. Mientras tanto, los historiadores de la ciencia han tendido a descuidar los aspectos relacionados con el latín, desde las disertaciones académicas hasta la tradición botánica. «Nuestra investigación ha demostrado que ambos han pasado por alto algunos aspectos interesantes de sus disciplinas, al tiempo que se han arriesgado a cometer errores fácticos e incluso a distorsionar sus temas. Por ejemplo, personas que escribían en la lengua vernácula, como Galileo Galilei, se han convertido en héroes científicos, mientras que otros igualmente importantes pero cuyas publicaciones están en latín, como el brillante antagonista de Galilei Christoph Scheiner, han caído en el olvido», señala Korenjak.
Lecciones para el presente
Según Korenjak, la lectura de los textos a través de la lente de la retórica antigua —clave en la educación de estos autores latinos— pone de relieve sus habilidades comunicativas, ya que escribían para un lector culto más allá de la comunidad científica. «Podemos aprender mucho de la forma en que estos autores elaboran argumentos persuasivos; y eso es especialmente relevante en nuestra propia época, a menudo caracterizada por la desconfianza o el desprecio hacia la ciencia, como se puso de manifiesto durante la pandemia», añade Korenjak. El análisis textual de NOSCEMUS también sugería que el estudio de la naturaleza evolucionó en estrecha interacción con el desarrollo del humanismo durante la mayor parte del inicio de la Edad Moderna. «Dado que la ciencia no era más que una de las ramas del saber de la Edad Moderna, junto con la teología, el derecho, la filosofía, la historia y la filología, nos vendría muy bien disponer de panorámicas similares de estas disciplinas», afirma Korenjak, de la Universidad de Innsbruck, entidad anfitriona del proyecto.
Palabras clave
NOSCEMUS, latín, ciencia de principios de la Edad Moderna, texto, lengua vernácula, reconocimiento óptico de caracteres, monografía, literatura, humanismo, base de datos