Sentados y sin hacer nada mientras nuestros bosques maduros desaparecen
Una reciente carta de opinión publicada en la revista «Science» ha hecho sonar la alarma sobre la preocupante pérdida de bosques maduros en Europa. En la carta, escrita por un equipo de investigadores respaldado en parte por el proyecto financiado con fondos europeos SUPERB, se revela que este declive continúa a pesar de los compromisos de protección de la Unión Europea (UE) contraídos en la Estrategia sobre Biodiversidad de aquí a 2030. Una de las razones detrás de este hecho es la indecisión de las partes interesadas y los responsables políticos que, después de tres años desde la adopción de la estrategia, todavía siguen considerando definiciones y mecanismos legislativos, tal como se explica en la carta de opinión. Otro de los problemas planteados es la naturaleza no vinculante y no prescriptiva de las recientes directrices de la Comisión Europea para cartografiar y proteger los bosques maduros de aquí a finales de 2029.
Hay que actuar ya
Mientras tanto, estos bosques siguen siendo talados antes de que puedan ser identificados y protegidos. Al ritmo al que se talan los bosques boreales maduros de Suecia, estos podrían desaparecer por completo en medio siglo. En Rumanía, el 90 % de las 783 000 hectáreas de bosques maduros carece de una figura de protección estricta, lo que posibilita que la tala continúe de forma incesante. ¿Por qué es tan importante está cuestión? «Estos bosques son esenciales para la conservación de la biodiversidad: muchas especies en peligro de extinción dependen de ellos, incluidos lobos, linces y osos, así como un sinfín de especies de escarabajos y hongos —explica el autor principal de la carta de opinión, el doctor Martin Mikoláš, de la Universidad Checa de Ciencias Biológicas de Praga, entidad socia del proyecto SUPERB, en una noticia publicada en el sitio web del proyecto—. Además almacenan cantidades ingentes de carbono, por lo que constituyen una solución natural contra el cambio climático. A pesar de su importancia, hoy día no estamos logrando proteger este patrimonio natural. Hay que actuar ya para custodiar mejor los bosques maduros antes de que sea demasiado tarde». Uno de los coautores de la carta de opinión, Bart Muys, catedrático en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), entidad socia del proyecto, comenta: «El objetivo de la Estrategia de la UE sobre la Biodiversidad de aquí a 2030 de conservar, de forma estricta, todos los bosques maduros y primarios en [la] UE no debería provocar conflictos con los bosques gestionados a largo plazo a través de la gestión forestal próxima a la naturaleza, centrada en la biodiversidad y con intervenciones menores, como los bosques de tala selectiva («Plenterwälder», «forêts jardinées») de los Prealpes, o los robledales con largos ciclos de rotación en las tierras bajas europeas, ya que los bosques maduros se caracterizan por la ausencia de gestión activa durante mucho tiempo. Sin embargo, se debería alentar la gestión no intervencionista de estas masas forestales, de modo que se preserve al menos una parte de las mismas, para que así desarrollen todo su potencial ecológico a cambio de una compensación por suministrar funciones ecosistémicas a la sociedad en lugar de su explotación maderera». La carta de opinión destaca la necesidad de que la UE actúe de las siguientes maneras: aplicar una moratoria a la tala en zonas con bosques maduros; proporcionar recursos para identificar estos bosques; hacer que los Estados miembros de la UE incluyan su protección en sus estrategias nacionales; y aportar las herramientas financieras necesarias para su protección efectiva. El proyecto SUPERB (Systemic solutions for upscaling of urgent ecosystem restoration for forest related biodiversity and ecosystem services) está coordinado por el Instituto Forestal Europeo de Finlandia y finaliza en 2025. Para más información, consulte: Sitio web del proyecto SUPERB
Palabras clave
SUPERB, bosque, bosque maduro, biodiversidad, Estrategia sobre Biodiversidad, ecosistema
