Las algas como parte de la lucha contra la enfermedad inflamatoria intestinal
Los entornos diversos y extremos en los que crecen las algas las llevan a producir sustancias con efectos antioxidantes, antibacterianos, antivíricos o antiinflamatorios, propiedades de gran valor en la medicina. Investigadores respaldados por el proyecto Algae4IBD, financiado con fondos europeos, aprovechan ahora estas propiedades en sus investigaciones sobre probióticos y prebióticos a base de algas como posible tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII o IBD, por sus siglas en inglés). La EII es un grupo de trastornos autoinmunitarios, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, que causan trastornos digestivos e inflamación crónica en el tubo digestivo. Las personas con EII pueden sufrir cólicos intestinales, diarrea persistente y rectorragia que, a menudo, repercuten negativamente en su calidad de vida. Aunque en un principio se consideró «un problema de las naciones industrializadas», como se explica en un estudio reciente de Algae4IBD, el aumento del consumo de alimentos ultraprocesados y «la falta de estrategias adecuadas para evitar los microorganismos de origen alimentario» hicieron que la enfermedad surgiera también en otras partes del mundo. En la actualidad, la EII afecta a unos diez millones de adultos y niños en todo el mundo, cifra que sigue en aumento. Se necesitan intervenciones alimentarias eficaces que ayuden a luchar contra las bacterias indeseables del intestino. El tubo digestivo alberga billones de bacterias, la mayoría de ellas «buenas», que desempeñan un papel vital en la salud de nuestro intestino. Cuando las bacterias «malas» empiezan a tomar el control, se produce un desequilibrio y, entonces, aparecen enfermedades como la EII, que se asocia principalmente a bacterias como «Bacteroides», «Escherichia coli» y enterococos. Además, las infecciones por «Staphylococcus aureus» y «Clostridium difficile» también son frecuentes en los pacientes con EII. Asimismo, las infecciones persistentes de bajo nivel causadas por bacterias como «Salmonella» y «Campylobacter» también pueden provocar la aparición de la EII.
Un método dual
Con el fin de hacer frente a las bacterias asociadas a la enfermedad, en el estudio de Algae4IBD se propone un método biótico dual que aprovecha las ventajas de los prebióticos y los probióticos. Los probióticos son microorganismos vivos, como bacterias y levaduras, que pueden ayudar a restablecer el equilibrio bacteriano en el intestino. Los prebióticos, tal y como se describen en una noticia de Algae4IBD, son «nutrientes que no pueden digerirse en el intestino delgado humano, pero que pueden ser metabolizados por microorganismos del colon para promover el crecimiento de bacterias probióticas y aportar beneficios para la salud. Los prebióticos son especialmente abundantes en algas marinas (macroalgas) y el fitoplancton (microalgas), y en la actualidad se está investigando el posible papel de los prebióticos derivados de algas en el tratamiento de enfermedades humanas». En el estudio se demuestra que los bióticos aumentan las bacterias beneficiosas como «Bifidobacterium» y «Lactobacillus» en el tubo digestivo y disminuyen las «causantes de la EII» como «E. coli». Los investigadores de Algae4IBD ya han demostrado que algunas cepas de algas contienen las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes necesarias para combatir los síntomas de la EII. «Ahora estamos identificando los compuestos responsables y aislándolos para caracterizar su composición química», explica la profesora adjunta Luísa Barreira, del Centro de Ciencias Marinas del Algarve (Portugal), en un artículo publicado en Earth.Org. Los autores del estudio Algae4IBD (ALGAE4IBD –FROM NATURE TO BEDSIDE- ALGAE BASED BIO COMPOUND FOR PREVENTION AND TREATMENT OF INFLAMMATION, PAIN AND IBD) concluyen: «Los males relacionados con los hábitos alimentarios, como la EII, podrían atajarse aprovechando el poder de los microorganismos probióticos o las sustancias bioactivas de las microalgas y las macroalgas. Los simbióticos eficaces que aprovechan tanto los compuestos bioactivos de las microalgas y macroalgas como las cepas probióticas perfectas pueden considerarse una vía integral para aliviar el sufrimiento de los pacientes con EII». Para más información, consulte: Sitio web del proyecto Algae4IBD
Palabras clave
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