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From fast food to healthy diet: Addressing the dynamic molecular mechanism of sequential diet switch-induced T cell plasticity for the purpose of developing new treatments for immuno-mediated diseases

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Demostrar que somos lo que comemos

Una nueva investigación muestra cómo responde nuestro sistema inmunitario a los cambios en la alimentación, y lo que eso implica para nuestra salud en general.

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Se dice que somos lo que comemos. Sin embargo, ¿alguien sabe realmente lo que eso significa? «Sabemos que las enfermedades relacionadas con el sistema inmunitario van en aumento», afirma Nicola Gagliani, profesor del Centro de Inmunología Traslacional de Hamburgo. «Aunque sospechamos que es el resultado de la abundancia sin precedentes que caracteriza la típica dieta occidental, se trata únicamente de una hipótesis que debe ser probada». Con el apoyo del proyecto Diet-namic, financiado con fondos europeos, Gagliani dirige una iniciativa destinada a comprender mejor la correlación entre alimentación y salud. En concreto, el equipo del proyecto estudió cómo las intervenciones alimenticias a corto plazo pueden repercutir en nuestra salud modulando el sistema inmunitario. «Descubrimos que nuestro sistema inmunitario responde rápida y fundamentalmente a los cambios en la alimentación. Estos cambios abarcan desde el desarrollo de un estado de depresión o hiperactivación inmunitaria hasta la promoción de la muerte celular que permite la eficacia de la quimioterapia», añade Gagliani.

Las ventajas de una alimentación sana

Para llegar a esta conclusión, los investigadores utilizaron modelos murinos para comprobar el efecto que una alimentación poco saludable tiene sobre los linfocitos T y, en consecuencia, sobre la homeóstasis intestinal. «Incluso seguir esta alimentación poco saludable durante un breve período de tiempo tiene un impacto drástico en la microbiota intestinal, así como en la composición de los linfocitos T en el intestino y en los tejidos linfáticos asociados a la mucosa», explica Gagliani. La buena noticia es que los investigadores también descubrieron que este impacto negativo puede invertirse simplemente cambiando a una alimentación saludable. «Eso demuestra la rápida capacidad de los linfocitos T para adaptarse a los cambios ambientales y cómo pueden mediar en el efecto que tiene la alimentación sobre nuestra salud y bienestar general», señala Gagliani.

Un primer paso para desarrollar terapias inmunológicas

Los investigadores también estudiaron los mecanismos moleculares de la adaptabilidad de los linfocitos T, investigación que condujo al descubrimiento de una vía de señalización clave capaz de regular este mecanismo. «Se trata de un primer paso importante en el desarrollo de terapias inmunológicas que podrían poner en marcha la función antiinflamatoria de los linfocitos T. Dichas terapias podrían restablecer la homeóstasis en los tejidos inflamados de los pacientes afectados por algunas enfermedades inflamatorias de origen inmunitario», señala Gagliani.

Repercusiones de la alimentación en el tratamiento del cáncer

Por último, pero no por ello menos importante, el proyecto, que contó con el apoyo del Consejo Europeo de Investigación, realizó importantes hallazgos que podrían repercutir en el tratamiento del cáncer. Por ejemplo, los investigadores descubrieron que, en presencia de una microbiota específica, el consumo a corto plazo de una alimentación rica en triptófano podría provocar un aumento de la concentración de un metabolito derivado de la microbiota, el ácido indol-3-acético (3-IAA), en la circulación murina. «La combinación de 3-IAA y quimioterapia aumenta el estrés oxidativo, reduce la actividad autofágica y, en última instancia, detiene la proliferación de células cancerosas pancreáticas y potencialmente de colon», afirma Gagliani. Al trasladar estos hallazgos al ser humano, los investigadores observaron una fuerte correlación entre la concentración de 3-IAA y la respuesta a la quimioterapia en dos cohortes independientes de pacientes con cáncer de páncreas.

Diseñar una dieta orientada a mantener nuestra salud

Todos estos resultados demuestran el profundo y rápido impacto que tiene la alimentación en la salud. Además, al relacionar determinados componentes de la alimentación con efectos específicos sobre la salud, el proyecto ha allanado el camino para diseñar una dieta orientada a mantener —e incluso restablecer— nuestra salud. «Este proyecto otorga credibilidad a la afirmación “somos lo que comemos”, al destacar cómo podríamos cambiar la trayectoria de muchas enfermedades relacionadas con el sistema inmunitario, incluido el cáncer, cambiando lo que hacemos cada día: comer», concluye Gagliani.

Palabras clave

Diet-namic, enfermedad, cáncer, sistema inmunitario, alimentación, salud, quimioterapia

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