Unas superficies de cascos de buques brillantes y sin contaminantes
Las bioincrustaciones, es decir, la acumulación de microorganismos, plantas, algas o pequeños animales, incrementan la rugosidad de las superficies colonizadas. Cuando esas superficies son la parte sumergida del casco de un buque, el incremento de la rugosidad modifica de forma notable la hidrodinámica de la embarcación. La presencia masiva de bioincrustaciones marinas acarrea un impacto ambiental y económico negativo, ya que aumenta el consumo de combustible y las emisiones de carbono. Además favorece el transporte de especies invasoras que amenazan la biodiversidad marina.
Bioincrustaciones: un problema complejo
«Las bioincrustaciones marinas pueden constituir todo un problema. Incluso las incrustaciones más leves conllevan una mayor resistencia del caso, por lo que compensar este fenómeno y el aumento concomitante del consumo de combustible supone más de un millón de euros de pérdida de ingresos por embarcación al año», comenta Yves Chardard, director general de Subsea Tech. La mejor manera de mitigar las bioincrustaciones es detectarlas en una fase muy incipiente, en la que aún es posible eliminarlas con facilidad mediante el empleo de métodos no agresivos que no dañen la pintura o el revestimiento del casco. Chardard hace hincapié en que las tecnologías actuales tienen una capacidad limitada para tratar de manera eficaz las bioincrustaciones de los cascos de buques. Los costes de mantenimiento son relativamente elevados, sobre todo cuando las inspecciones se llevan a cabo en aguas portuarias muy turbias que reducen la visibilidad. Las inspecciones lejos de las aguas portuarias llevan a aparejado un tiempo de flete oneroso y, por tanto, se evitan.
Ver lo invisible
El equipo del proyecto SleekShip, financiado con fondos europeos, desarrolló satisfactoriamente una tecnología para medir y supervisar los niveles de suciedad de los cascos a fin de optimizar el programa de limpieza y aumentar el rendimiento del revestimiento. Chardard, que coordinó SleekShip, comenta: «Nuestro vehículo submarino semiautónomo puede detectar limo en una fase incipiente mediante una cámara multiespectral y, a continuación, limpiarlo suavemente con un sistema de limpieza por cavitación. La operación puede llevarse a cabo mientras el barco está atracado en el puerto». La nueva tecnología mejora de forma sustancial la calidad de las imágenes submarinas, lo que permite realizar mediciones de bioincrustaciones que antes no se podían hacer con los métodos convencionales. Las condiciones subacuáticas provocan la absorción de la luz y la pérdida de contraste y color, todos ellos problemas difíciles de abordar por las cámaras normales. Por el contrario, la cámara de SleekShip detecta la luz más allá del espectro visible, en bandas de longitud de onda en las que la retrodispersión de la luz es débil y así el limo es más fácil de distinguir. Las imágenes hiperespectrales ya han demostrado su eficacia en la supervisión a distancia. «Probamos que la tecnología también funciona bien bajo el agua y que detecta con nitidez las bioincrustaciones en las fases incipientes, incluso con niveles de turbidez del agua que superan las 250 NTU», observa Chardard.
Un sistema de limpieza subacuática que protege las superficies
Los sistemas tradicionales de limpieza subacuática que emplean cepillos abrasivos o chorros de alta presión eliminan una parte significativa de las capas de pintura antiincrustante y hacen que la superficie sea vulnerable al establecimiento de organismos. Sin embargo, la limpieza por cavitación no afecta de ningún modo a la pintura de la embarcación. «El sistema de limpieza por cavitación de SleekShip se diseñó específicamente para la limpieza de pequeñas cantidades bioincrustaciones (niveles de incrustaciones 1-2), así como para su integración en un vehículo submarino ligero controlado a distancia (15 kg)», apunta Chardard. Su funcionamiento se basa en la formación momentánea de pequeñas burbujas de vapor y gas y su posterior implosión conforme se acercan a la superficie a limpiar. Las ondas de choque resultantes eliminan suavemente las bioincrustaciones del casco. La tecnología SleekShip, gracias a sus innovadores algoritmos de control y aprendizaje automático, permite crear informes en menos de dos horas para una embarcación promedio sin necesidad de operarios expertos. SleekShip aborda de forma directa las ineficiencias actuales de la gestión de las bioincrustaciones, por lo que permitirá un gran ahorro de costes y ayudará a reducir las emisiones de CO2 en más de cien millones de toneladas de CO2 en los cinco años posteriores a su comercialización.
Palabras clave
SleekShip, buque, bioincrustaciones, casco, Subsea Tech, limpieza por cavitación, aguas turbias