Lo bueno y lo malo de la respuesta a la COVID-19 en la gobernanza multinivel
¿Cómo influyó la gobernanza multinivel en Europa en la eficacia general de la respuesta ante la pandemia de COVID-19? ¿Cuál fue su repercusión? En un estudio reciente realizado en el marco del proyecto PERISCOPE, financiado con fondos europeos, se analiza la respuesta a la COVID-19 en distintos niveles de gobernanza y se destacan algunas buenas prácticas y aspectos que deben mejorarse. Centrándose en los diferentes agentes internacionales, nacionales y locales que participaron o tuvieron autoridad durante el período de respuesta a la pandemia, en el estudio se cuestiona el criterio de la gobernanza multinivel centrado en el Estado. Asimismo, se aleja del enfoque dominante sobre la resiliencia y, en su lugar, se señalan tres conceptos básicos que destacan los aspectos sociales, políticos y ambientales de la gobernanza: las infraestructuras sociales, la autoridad pública y el concepto «Una sola salud» (un planteamiento unificador que reconoce la interdependencia de las personas, los animales y el medio ambiente). En el informe se presentan varios hallazgos fundamentales, como el hecho de que la gobernanza descentralizada desempeñó un papel fundamental en la ejecución de políticas relativas a la pandemia y en garantizar su cumplimiento. Además, las comunidades y organizaciones de la sociedad civil (OSC), como las organizaciones de voluntarios y los grupos comunitarios, desempeñaron un papel fundamental a la hora de reducir las diferencias entre los servicios oficiales (prestados y pagados por el Gobierno) y las necesidades de los ciudadanos, especialmente entre los grupos vulnerables. Los entornos jurídicos y financieros favorables fomentaron formas innovadoras de colaboración y mutualidad en los distintos niveles de Gobierno. Como aspecto negativo, las políticas y los planteamientos de gobernanza de la pandemia dieron lugar a nuevas formas de estigmatización y desigualdad, y agravaron las ya existentes. Las pruebas científicas también parecen desempeñar una función mixta en la formulación de políticas.
Criterios principales para las mejores prácticas
En el informe se recomiendan varios criterios para aplicar las mejores prácticas en la gobernanza relativa a la pandemia. Se necesitan estructuras de gobernanza descentralizadas que estén vinculadas a través de canales de comunicación y mecanismos de coordinación robustos, así como OSC empoderadas y con buena financiación que puedan defender las necesidades de los grupos vulnerables. También son importantes las estructuras jurídicas y de financiación innovadoras que permitan una rápida redistribución de los fondos y el mantenimiento de colaboraciones importantes durante los períodos de crisis y después de ellos. Hay que prestar atención a los obstáculos estructurales creados por la burocracia de la pandemia que impiden a determinados grupos beneficiarse de la vacunación, las medidas económicas o la asistencia sanitaria. Asimismo, se debe prestar atención a los factores no humanos, en especial un compromiso amplio con las necesidades de la vida animal y vegetal y el efecto de los entornos construidos en los desenlaces clínicos a través de un marco de «Una sola salud». Además, hay que invertir en mecanismos de escucha social que permitan a los Gobiernos entender, adaptar y codiseñar sus políticas con las comunidades, en concreto mediante el uso de datos cualitativos y etnográficos. Por último, es necesario contar con una base de datos amplia y diversa que sirva de punto de partida para la formulación de políticas, facilitada por la colaboración interdisciplinar entre investigadores científicos y canalizada a través de mecanismos de comunicación sólidos. PERISCOPE (Pan-European Response to the ImpactS of COVID-19 and future Pandemics and Epidemics) está coordinado por la Universidad de Pavía (Italia). El proyecto finalizará en octubre de 2023. Para más información, consulte: Sitio web del proyecto PERISCOPE
Palabras clave
PERISCOPE, COVID-19, pandemia, gobernanza multinivel, gobernanza, respuesta gubernamental, mejores prácticas, política, formulación de políticas