La conservación digital ayuda a desvelar la verdad histórica sobre el Holocausto enterrada en los archivos
Conmemorar el Holocausto ayuda a garantizar que ni las víctimas ni los verdugos caigan en el olvido. Pese a que se dispone de gran cantidad de material visual gracias al personal militar de los Aliados, es poco el que se ha digitalizado o el que existe en formatos útiles para la investigación contemporánea. El proyecto VHH (Visual History of the Holocaust: Rethinking Curation in the Digital Age), que recibió apoyo de la Unión Europea, está utilizando técnicas digitales para enlazar de forma dinámica filmaciones sobre el descubrimiento de campos de concentración nazis y otros escenarios de atrocidades con fotografías, audios y textos complementarios. «Uno de los principales objetivos del proyecto es desarrollar una nueva comprensión de la conservación digital y examinar las posibilidades que ofrece la inteligencia artificial (IA)», explica el coordinador del proyecto, Ingo Zechner. Es un sistema destinado a investigadores y productores del ámbito de la comunicación, profesores, conservadores del patrimonio cultural y profesionales del turismo, entre otros. Pese a que algunos de los componentes de «software» ya existían, como el Tesseract, un motor de reconocimiento óptico de caracteres, una gran parte se adaptó, con lo que se crearon nuevas soluciones.
Un sistema modular
El equipo de VHH se propuso ofrecer tanto material visual sobre el Holocausto como fuera posible obteniendo materiales que previamente solían estar disponibles solo para instituciones especializadas, como los Museos Imperiales de la Guerra en el Reino Unido. Para lograrlo, el material —filmaciones, audios, fotografías y documentos de texto— se digitaliza para un repositorio digital. La IA en forma de aprendizaje automático se utiliza para el análisis automático de documentos de texto y material fílmico. Los documentos de texto, una vez escaneados, se procesan con un «software» de transcripción que proporciona la base para la indexación y la búsqueda. También se ha probado un «software» de traducción para recoger el texto en idiomas extranjeros. En el caso de las filmaciones, un «software» de análisis automatizado creado por el equipo del proyecto detecta tomas independientes, técnicas de cámara y objetos, y añade metaetiquetas para mejorar las búsquedas. A continuación, el sistema sugiere material relacionado o similar y enlaza elementos. Los usuarios visualizan las filmaciones digitalizadas en un reproductor de medios nuevo diseñado para conservar los detalles de los originales analógicos. Era importante para el proyecto ofrecer material en estado bruto. «Con las filmaciones, los usuarios pueden ver imágenes sin editar, obteniendo así información sobre el contexto inmediato, deduciendo cosas sobre por qué se seleccionaron unas imágenes y otras se excluyeron y, en ocasiones, sobre las personas que llevaron a cabo la producción», explica Zechner, director del Instituto de Historia Digital Ludwig Boltzmann, entidad anfitriona del proyecto. Se puede acceder al sistema a través de un sitio web y, como tiene una función de geolocalización, puede poner de relieve recursos disponibles para dicha ubicación, algo especialmente útil en aquellas zonas de las que puede haber poco material. «Te puedes imaginar a un usuario accediendo a lo que tenemos a través de un dispositivo móvil mientras camina por el lugar», añade Zechner. También dispone de una función cronológica que permite a los usuarios acceder al material para un suceso o ubicación a medida que pasa el tiempo.
Recontextualizar el espacio y el tiempo
El enfoque del equipo de VHH ofrece una mejor comprensión de la historia a fin de poner a disposición de la sociedad un planteamiento innovador para conocer el pasado. Los integrantes del proyecto han creado herramientas de análisis automático listas para su uso en futuros análisis automáticos de textos y han diseñado soluciones curatoriales destinadas a la presentación y comparación transparentes de los resultados procedentes de análisis automáticos y manuales. Por ejemplo, aunque los militares estadounidenses grabaron pruebas de las atrocidades durante la primavera de 1945, los soviéticos ya lo llevaban haciendo desde 1941. «Ver imágenes de soldados soviéticos cuando se topaban con lugares de atrocidades más allá de los campos de concentración simplemente subraya lo descentralizada que estaba la barbarie, con una crueldad que se infligía cara a cara. De no ser así, no habríamos sabido gran cosa al respecto», observa Zechner. El prototipo del equipo de VHH se ha sometido a siete conjuntos de pruebas con usuarios con estudiantes de cine, productores del sector de la comunicación, guías turísticos y maestros en cursos universitarios. Dichas pruebas se han realizado en los lugares conmemorativos de Mauthausen y Gusen, así como en las oficinas u hogares de los participantes. Los comentarios ya se han integrado para mejorar el sistema y garantizar las funciones más pertinentes. El equipo también ha trabajado en un paquete de herramientas de digitalización para objetos del patrimonio cultural y la publicación de su modelo de metadatos, adaptado del proyecto anterior EFG, respaldado por la Unión Europea. Todo el «software» desarrollado es de fuente abierta, y el código se publicará como acceso abierto en GitHub. «El análisis del comisariado en la era digital y el desarrollo de modelos vinculados con buenas prácticas curatoriales no habrían sido posibles sin el uso de la IA», concluye Zechner. Además, en el proyecto VHH se pone de manifiesto el potencial de la tecnología asociada a la IA para el análisis de conjuntos mucho más amplios de grabaciones, fotografías y otros documentos históricos, una tecnología que puede aplicarse en otros proyectos de índole patrimonial.
Palabras clave
VHH, digitalización, digitalizar, Holocausto, atrocidades, filmación, archivo, transcripción, traducción, lugares conmemorativos, campos de concentración, innovación social
