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Second Language Tutoring using Social Robots

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Robots para que los más jóvenes aprendan fácilmente una segunda lengua

Una investigación galardonada e inédita en su planteamiento, realizada por científicos financiados con fondos europeos, evaluó la enseñanza de una segunda lengua cuando esta cuenta con la asistencia de un robot humanoide. Los resultados podrían ser de provecho para migrantes, estudiantes de inglés como lengua extranjera y profesores en clases con muchos alumnos.

Muchas personas consideran que el aprendizaje de una segunda lengua es importante para el futuro de sus hijos. Además, el aprendizaje de una lengua nueva es ya una herramienta esencial para lograr una integración adecuada y aprovechar las oportunidades económicas de la migración, uno de los componentes fundamentales de los cambios demográficos. Un grupo de científicos financiados con fondos europeos puso en marcha el proyecto L2TOR a fin de investigar la utilidad de un robot social para enseñar una segunda lengua a preescolares. Robots sobresalientes Estudios anteriores mostraron que los robots son capaces de ayudar a aprender matemáticas o geografía. Según el coordinador del proyecto, el profesor Tony Belpaeme: «Niños y adultos aprenden más cuando la clase la da un robot en comparación con una tecnología alternativa, como un ordenador o una tableta. La naturaleza social del robot nos es familiar». Los robots no tienen prejuicios y sí una paciencia infinita, por lo que resultan ideales para niños que no derrochan confianza en sí mismos. Es más, los robots prestan toda su atención y son capaces de personalizar al máximo la progresión didáctica. En esta investigación se optó por comprobar cómo puede ayudar un robot a que un niño pequeño aprenda una segunda lengua, una situación en la que contar con una pronunciación prácticamente perfecta es un beneficio añadido. Las limitaciones señaladas por el estudio galardonado L2TOR se dedicó a niños de unos cinco años, una edad en la que se puede aprender una lengua como si se tratase de un nativo. En un estudio, en el que participaron cerca de doscientos niños cuya lengua materna era el neerlandés, una cuarta parte de los niños aprendió inglés con un robot capaz de gesticular, otra cuarta parte con otro robot que no gesticulaba, la penúltima cuarta parte con una tableta y al último grupo no se le enseñó una segunda lengua. Tal y como cuenta Belpaeme: «Aplicamos un método a largo plazo y dedicamos más de tres meses a cada niño. Algo sin precedentes». Sorprendentemente, el equipo descubrió que los niños no aprendían mejor con el robot, gesticulase este o no. Los resultados son muy esclarecedores. El más importante, el reconocimiento del habla no funciona todavía al cien por cien cuando se trabaja con niños pequeños. El robot no comprendía a los niños la mayor parte del tiempo, por lo que la interacción se producía a través de la tableta más que mediante la conversación. Además, la lectura y la escritura son herramientas que asisten en el aprendizaje de una segunda lengua. Sin embargo, un niño de cinco años normalmente no posee estas destrezas. Las conclusiones señalan a la necesidad de realizar un estudio con niños más mayores. Por último, el estudio de gran tamaño se valió del equivalente a un programa de formación para todos los niños a fin de garantizar una referencia controlada adecuadamente. En los experimentos que se realicen a partir de ahora se adaptarán las técnicas del robot a la personalidad y al perfil de aprendizaje del niño para aprovechar al máximo los beneficios de este. L2TOR fue el primer estudio que emplea robots en la enseñanza de una segunda lengua. El artículo con el que se presentaron los resultados ganó el prestigioso «Galardón al mejor artículo completo sobre estudios de usuario con interactuación entre humanos y robots» en el «XIV Congreso Anual Internacional ACM/IEEE sobre interacción entre humanos y robots». Los resultados indican que los preescolares podrían no ser los usuarios más adecuados si se tienen en cuenta las dificultades del robot a la hora de reconocer el habla de niños pequeños. Así pues, es necesario realizar investigaciones adicionales con niños mayores. Según Eurostat, en 2017 en la Unión Europea había 2,4 millones de migrantes procedentes de países de fuera de la Unión, por lo que hubiera sido de gran ayuda contar con una herramienta para el aprendizaje de lenguas para niños de primaria de este grupo de población a menudo vulnerable. Lo que sí ha quedado claro es que los robots son pacientes y motivan al alumno, por lo que podrían ser unos asistentes maravillosos en aulas concurridas.

Palabras clave

L2TOR, robot, niños, lengua, segunda lengua, aprendizaje, preescolar, reconocimiento del habla

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