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Digital Disruptive Technologies to Co-create, Co-produce and Co-manage Open Public Services along with Citizens

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Una aplicación para la cocreación de servicios públicos de nueva generación

Una nueva aplicación móvil desarrollada en el proyecto CO3, financiado con fondos europeos, utiliza la innovación social para mejorar los servicios públicos en Europa. Se ha probado en tres ciudades europeas y se sirve de tecnologías digitales de moda para involucrar a los ciudadanos y a las administraciones públicas en procesos de coproducción.

En esta era cada vez más digital y participativa, el término «codiseño» está de moda entre las administraciones públicas. Al fin y al cabo, ¿qué mejor manera de garantizar el interés de los ciudadanos por los servicios públicos, y su cumplimiento, que implicarlos en su concepción? El proyecto CO3 (Digital Disruptive Technologies to Co-create, Co-produce and Co-manage Open Public Services along with Citizens), que finalizó recientemente, es uno de los últimos intentos en este sentido. La aplicación móvil, única en el mundo, se basa en tecnologías de moda, como la realidad aumentada (RA), la cadena de bloques, la democracia interactiva, las redes sociales cívicas geolocalizadas y las técnicas de ludificación, para hacer posible la próxima generación de servicios públicos digitales. Tal como afirma Guido Boella, coordinador del proyecto CO3 en nombre de la Universidad de Turín: «Las administraciones públicas están cada vez más dispuestas a explorar el potencial de tecnologías disruptivas para mejorar la democracia digital e impulsar la participación pública. Nuestro proyecto ha contribuido a mostrar posibles servicios a los que se pueden aplicar tecnologías digitales. También hemos hecho hincapié en las percepciones públicas pertinentes, identificado los activos, los factores de riesgo y los costes, y creado proyectos piloto intersectoriales».

Cinco proyectos piloto de innovación social en tres ciudades

El consorcio puso a prueba su modelo y sus tecnologías en tres emplazamientos para tres escenarios diferentes: establecimiento de redes socioeconómicas, urbanismo digital e intercambio de conocimientos. Cada ciudad acogió a dos proyectos piloto. En Atenas, por ejemplo, en el piloto Grocery on Hold se llevó a cabo la distribución de alimentos de calidad a personas necesitadas a través de un monedero basado en la cadena de bloques. Por su parte, en Urban Modelling in Empty Buildings, se centralizaron los debates públicos entre los atenienses sobre la posible reutilización de los edificios vacíos, mediante una aplicación de RA y la red social cívica First Life. «De cada uno de los proyectos piloto se pueden extraer diferentes lecciones sobre cómo las administraciones públicas pueden trabajar para introducir tecnologías disruptivas en los procesos de coproducción. Estas tecnologías se revelaron rápidamente como un excelente facilitador o acelerador, siempre que las autoridades públicas estuvieran dispuestas a cambiar su planteamiento», explica Boella. En cada caso, las iniciativas tuvieron que construirse en torno a las necesidades y expectativas de las partes interesadas. En Turín, el proyecto piloto Augmented Commoning tenía como objetivo aumentar la participación ciudadana en la gobernanza de los centros comunitarios conocidos como «case del quartiere» (en español, «casas del barrio»). Para ello, utilizaron una moneda virtual para anunciar, gestionar y premiar las actividades de voluntariado, y contenidos de RA, que permitieron a los vecinos visualizar y colaborar en materiales sobre estas actividades. Por último, en París, el proyecto piloto Contributory Clinic tenía como objetivo crear un espacio físico para el diálogo sobre la preocupación por la sobreexposición a las pantallas entre los niños de hasta tres años, y Urban Modelling se puso en marcha para involucrar a arquitectos locales, administraciones públicas, estudiantes y profesores en la replanificación de su barrio. «CO3 se centra en la innovación social, es decir, en el despliegue de tecnologías eficaces para abordar las necesidades y los retos sociales a través de productos, servicios y procesos que son innovadores tanto en sus fines como en sus medios. Queríamos transformar los servicios públicos e impulsar la participación de los ciudadanos aprovechando las nuevas tecnologías y las metodologías de codiseño», añade Boella. En cuanto a los logros del proyecto, Boella señala que son dos: la plataforma tecnológica CO3 y la aplicación móvil basada en RA, en términos tecnológicos, y, en materia de metodología, el conocimiento práctico generado a partir de la aplicación de tecnologías disruptivas integradas en escenarios reales de servicios públicos. «Las partes interesadas pueden descubrir todos estos resultados gracias a las directrices, los glosarios, los conjuntos de herramientas metodológicas, los recursos de formación NOOC y los resúmenes de políticas que se han publicado en el sitio web —concluye Boella—. Aunque el proyecto ha llegado a su fin, los socios de cada ciudad siguen experimentando con modelos económicos innovadores posibles gracias a las tecnologías digitales».

Palabras clave

CO3, aplicación móvil, servicios públicos, coproducción, democracia digital, innovación social

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