Identificación por satélite de las comunidades árticas en riesgo por el deshielo del permafrost
En ningún otro lugar de la Tierra es más evidente el calentamiento global que en el Ártico. A medida que la región se calienta, las temperaturas del suelo aumentan y se deshiela su permafrost, una capa de suelo, arena o roca permanentemente congelada y que se mantiene unida por el hielo. Esto desestabiliza el suelo y afecta a edificios, carreteras, ferrocarriles y otras infraestructuras. ¿Cómo afectan estos cambios a los más de tres millones de personas que viven en las regiones del permafrost ártico? En un estudio respaldado parcialmente por el proyecto Nunataryuk, financiado con fondos europeos, se han identificado las comunidades e infraestructuras del Ártico que se espera que estén en riesgo como resultado del deshielo del permafrost en los próximos treinta años. Estos nuevos conocimientos han podido obtenerse gracias a los datos de los satélites Sentinel-1 y Sentinel-2 de Copernicus combinados con el aprendizaje automático. Los resultados se han publicado en la revista «Environmental Research Letters».
A más influencia del ser humano, más deshielo
Según el estudio, la superficie terrestre costera del Ártico afectada por la presencia humana ha aumentado en al menos 180 km2, es decir, un 15 %, desde el año 2000. La mayor parte de este cambio se ha producido en Rusia, seguida de Canadá y los Estados Unidos, y puede atribuirse principalmente a las actividades de la industria del petróleo y el gas (un 31 %). «Estos resultados destacan el continuo desarrollo industrial, que también se presenta en las observaciones de la iluminación nocturna», informan los autores en el estudio. Un porcentaje mucho menor (un 5 %) de la superficie terrestre afectada se asocia a la minería. Los hallazgos de los investigadores ofrecen un panorama desolador de lo que cabe esperar si el calentamiento del permafrost continúa al ritmo de los últimos veinte años. «Hemos utilizado las tendencias de la temperatura del suelo del permafrost de la Iniciativa sobre el Cambio Climático, que se remontan a 1997, y las hemos extrapolado a 2050, lo que nos ha permitido predecir dónde la temperatura del suelo, hasta una profundidad de dos metros, superará los 0 °C en 2050», observa la autora principal del estudio, la doctora Annett Bartsch, en una noticia publicada en el sitio web de la Agencia Espacial Europea (ESA). La doctora Bartsch es fundadora y directora general del socio del proyecto Nunataryuk, b.geos GmbH (Austria), y la líder científica del proyecto de la Iniciativa sobre el Cambio Climático en el Permafrost de la ESA. «Vemos que puede verse afectado el 55 % de las infraestructuras situadas actualmente sobre el permafrost y a menos de 100 km de la costa del Ártico, infraestructuras de las que dependen las comunidades». La doctora Bartsch describe lo que siguió a la extrapolación: «A continuación, utilizamos datos de alta resolución de la misión Sentinel-1 de Copernicus, que lleva un instrumento de radar avanzado, y datos de la misión Sentinel-2 de Copernicus, que lleva un instrumento similar a una cámara, junto con inteligencia artificial para identificar las comunidades y los bienes que son vulnerables al deshielo del permafrost». El satélite Sentinel-1 proporciona imágenes de radar diurnas y nocturnas para los servicios terrestres y oceánicos, mientras que Sentinel-2 ofrece imágenes ópticas de alta resolución de la vegetación, la cubierta del suelo y el agua, las vías navegables interiores y las zonas costeras. Los resultados del estudio ponen de relieve la importancia de comprender mejor dónde y hasta qué punto el deshielo del permafrost en el Ártico puede amenazar a las comunidades e infraestructuras. El proyecto Nunataryuk (Permafrost thaw and the changing arctic coast: science for socio-economic adaptation), de 6 años de duración, finaliza en octubre de 2023. Para obtener más información, consulte: Sitio web del proyecto Nunataryuk
Palabras clave
Nunataryuk, Ártico, permafrost, Sentinel, infraestructura, deshielo, calentamiento global, zona costera