¿Cómo afectará el calentamiento global a las costas árticas en 2100?
El calentamiento global está descongelando el permafrost del Ártico y derritiendo la banquisa, lo cual provoca que las costas —donde se concentra la mayor parte de la actividad humana en el Ártico— estén menos protegidas y sujetas a la erosión. La erosión de las costas árticas no solo daña las infraestructuras y amenaza a las comunidades costeras, también libera carbono orgánico del permafrost, agravando la vulnerabilidad climática de la Tierra. Los científicos predicen que el calentamiento constante del planeta aumentará la erosión de las costas árticas en las próximas décadas. Sin embargo, no saben qué cantidad o a qué velocidad aumentará la erosión costera como consecuencia del calentamiento global. Para responder a esta pregunta, un nuevo estudio respaldado por el proyecto Nunataryuk, financiado con fondos europeos, ha aportado las primeras proyecciones del siglo XXI sobre la erosión costera en toda la región del Ártico. Los resultados, publicados en la revista «Nature Climate Change», muestran que la tasa de erosión media para el Ártico debería aumentar y, muy probablemente, superar su rango histórico de variabilidad antes de finales de siglo en diferentes escenarios de emisiones. Los investigadores examinaron las tasas de aumento de la erosión en escenarios de emisiones bajas, moderadas y muy altas de gases de efecto invernadero. «Hemos estudiado una variedad de escenarios, en función de la cantidad de gases de efecto invernadero que emitirá la humanidad en los próximos años», afirma el doctor David Nielsen, autor principal del estudio, de la Universidad de Hamburgo (Alemania), socia del proyecto Nunataryuk, en una nota de prensa publicada en el sitio web de la universidad. «Según el estudio, no solo se pierde cada vez más masa terrestre en términos absolutos. Con cada incremento de un grado de temperatura, aumenta la tasa anual de erosión, tanto en metros como en millones de toneladas de carbono liberado».
La tasa de erosión se multiplicará hasta tres veces de aquí a finales de siglo
Los resultados muestran que, de aquí a finales del siglo XXI, la tasa media de erosión costera en el Ártico debería aumentar de 0,9 m al año (observada entre 1850 y 1950) a 1,6 m, 2,0 m y 2,6 m por año en escenarios de emisiones bajas, moderadas y muy altas de gases de efecto invernadero, respectivamente. Ello significa que la erosión costera podría ser entre 1,8 y 2,9 veces más elevada a finales de 2100. En los escenarios de emisiones moderadas y muy altas, las tasas de erosión en el Ártico siguen aumentando en la segunda mitad del siglo. Sin embargo, tal y como explica el doctor Nielsen, «un cambio hacia una mayor sostenibilidad y una reducción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero podría reducir la aceleración durante la segunda mitad de siglo». Aunque advierte que esto no detendrá completamente la pérdida de masa terrestre. En el Ártico, la erosión costera está causada por una combinación de factores mecánicos y térmicos. El modelo de erosión costera del estudio, que tiene en cuenta dicha situación, combina los datos observacionales de la costa del permafrost en el Ártico con los modelos actuales del sistema terrestre, los reanálisis climáticos y las simulaciones de olas superficiales oceánicas. «En función de la ubicación y la forma de cada costa, esperamos observar diferentes alturas de olas. Con el aumento de la temperatura, el rango de olas también se amplia, dado que la banquisa desaparece. Además, el período sin hielo del verano se alarga, lo cual incrementa todavía más la vulnerabilidad de las costas», concluye el doctor Nielsen. Los resultados del proyecto Nunataryuk (Permafrost thaw and the changing arctic coast: science for socio-economic adaptation) pueden utilizarse para orientar a los responsables políticos en la elaboración de planes socioeconómicos y la conservación costera. Para más información, consulte: Sitio web del proyecto Nunataryuk
Palabras clave
Nunataryuk, Ártico, erosión, permafrost, gas de efecto invernadero, escenario de emisiones, calentamiento global, clima