El ADN del suelo arroja luz sobre la antigua presencia humana en una cueva siberiana ancestral
En 2010, los científicos transformaron el panorama de la evolución humana tras analizar el ADN de un pequeño hueso de dedo encontrado en la cueva de Denísova en las montañas rusas de Altái. El dedo meñique, de hace entre unos 30 000 y 48 000 años y que se cree que perteneció a un niño pequeño, sacudió al mundo científico al descubrirse que no provenía de ningún grupo conocido de seres humanos extinguidos. Este grupo nuevo de seres humanos primitivos se denominó acertadamente «denisovanos». Los investigadores creen que la cueva de Denísova estuvo habitada por humanos arcaicos hace 280 000 años y, posteriormente, por humanos modernos hasta la Edad Media. Las muestras de ADN que apuntaban en este sentido incluían ocho fósiles humanos: cuatro huesos (incluido el hueso de dedo) de denisovanos, tres huesos que pertenecían a neandertales y un hueso de un niño con una madre neandertal y un padre denisovano. Sin duda, los ocho huesos no son suficientes para reconstruir el tiempo y la secuencia de la ocupación de los humanos primitivos. Por eso los investigadores respaldados por el proyecto 100 Archaic Genomes, financiado con fondos europeos, buscaron más información en los suelos de la cueva. Liderados por el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Alemania), los científicos analizaron el ADN de 728 muestras de sedimentos de capas que se remontan a la época del Pleistoceno. Tras aislar y secuenciar las muestras del suelo, el equipo de investigación encontró ADN humano y de animales antiguos en 685 y 175 de ellos, respectivamente. Sus hallazgos se publicaron en la revista «Nature».
Primero llegaron los denisovanos
El estudio muestra que los primeros humanos en habitar la cueva fueron denisovanos. Según indicaron los autores en el estudio, ello «está relacionado con las herramientas de piedra de principios del Paleolítico medio que se depositaron hace aproximadamente entre 250 000 y 170 000 años». La siguiente aparición de denisovanos en la cueva se produjo unos 20 000 años más tarde y duró hasta hace 130 000 años. Tras ello, estuvo habitada durante un periodo de 30 000 años, el cual empezó hace unos 80 000 años. Los neandertales aparecieron hace unos 190 000 años y las muestras de ADN indican que habitaron la cueva hasta hace 40 000 años. En varios momentos, diferentes grupos de neandertales utilizaron la cueva y, en algunos de ellos, coincidieron con los denisovanos. Según indica el informe, los antiguos humanos modernos fueron los últimos en llegar, hace al menos 45 000 años. Curiosamente, la capa de suelo de dicho periodo que contenía ADN de humanos modernos también tenía ADN neandertal y denisovano. «Los periodos de tiempo [de cada capa] son muy largos, por lo que no pudimos afirmar exactamente si coincidieron o no», subrayó la autora principal del estudio Elena Zavala, estudiante de doctorado en genética evolutiva del Instituto Max Planck, en una noticia publicada en «Science». Sin embargo, la científica arqueóloga Katerina Douka del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana añadió: «No se me ocurre otro lugar en que tres especies humanas vivieran a lo largo del tiempo». La combinación de los datos de ADN de las muestras de sedimentos y fósiles es un camino prometedor para futuras investigaciones de este tipo. Según Douka, el estudio financiado parcialmente por el proyecto 100 Archaic Genomes (Genome sequences from extinct hominins) podría lograr que el ADN del suelo antiguo se convierta en «una herramienta arqueológica dominante». Para más información, consulte: Proyecto 100 Archaic Genomes
Palabras clave
100 Archaic Genomes, ADN, cueva de Denísova, humano, neandertal, denisovano, hueso, fósil