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Tendencias científicas: Primer indicio fósil de un pariente de los neandertales

Una mandíbula descubierta en una cueva tibetana ofrece más datos sobre unos humanos antiguos y misteriosos denominados denisovanos.

El análisis de un fósil con 160 000 años de antigüedad perteneciente a una mandíbula potente con dientes extraordinariamente grandes ha ofrecido información nueva sobre los denisovanos según se ha publicado en la revista «Nature». Estos enigmáticos parientes extintos de los neandertales y de nuestra propia especie vivieron en altitudes extremadamente elevadas mucho antes de la llegada de los humanos modernos a la región hace unos 40 000 años. La mandíbula la descubrió en 1980 un monje en la cueva kárstica de Baishiya en la meseta del Tíbet, a 3 280 metros sobre el nivel del mar. Tras pasar por varias manos acabó en la Universidad de Lanzhou (China), donde se está analizando desde 2016. Adaptados a grandes altitudes antes que los humanos Hasta ahora se creía que los humanos antiguos no podían sobrevivir a altitudes tan elevadas y en entornos con semejante privación de oxígeno. «La vida allí como cazador-recolector debió ser extraordinariamente dura y aún así lograron asentarse», declaró a «Reuters» el antropólogo molecular de la Universidad de Copenhague Frido Welker uno de los investigadores del estudio. «Los denisovanos podrían haberse adaptado a una amplia gama de entornos distintos», explicó el autor del estudio y arqueólogo Dongju Zhang de la Universidad de Lanzhou. La extracción de ADN del fósil resultó imposible, razón por la que el equipo se propuso extraer proteínas de uno de los molares a fin de determinar su identidad denisovana. «Las proteínas pueden sobrevivir diez veces más tiempo que el ADN en fósiles», aclaró el coautor y paleoantropólogo Jean-Jacques Hublin del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Alemania). Este afirmó que el fósil ofrece información sobre la apariencia de los denisovanos: «La zona del mentón está muy retraída y los dientes conservados eran extraordinariamente grandes». En declaraciones a la «BBC», el profesor Hublin expresó su sorpresa por la capacidad inesperada de los denisovanos para prosperar en entornos duros. «Cuando hablamos de "homínidos arcaicos" como los neandertales, los denisovanos o los primeros "Homo sapiens", son obvias las limitaciones de estos homínidos para vivir en entornos extremos». A lo que añadió: «En el caso de Europa, hay muchos yacimientos de neandertales que se están estudiando desde hace ahora un siglo y medio, y los más elevados se encuentran a 2 000 metros de altitud. No hay muchos de este tipo y se utilizaban durante el verano, probablemente para cacerías específicas. No se encuentran este tipo de yacimientos con otro fin». Está en los genes La investigación muestra que los sherpas, tibetanos y otras poblaciones vecinas actuales tienen una variante genética que les ayuda a superar la deficiencia de oxígeno en altitudes elevadas. Esta variante procede de los denisovanos y probablemente se adquirió mediante el mestizaje. El profesor Hublin comentó: «Solo podemos especular que al vivir en este tipo de entorno cualquier mutación que facilitase respirar en una atmósfera con carencia de oxígeno se conservaría a través de la selección natural. Y es una situación muy probable que explicaría cómo esta mutación se abrió paso hasta los tibetanos modernos». El profesor Hublin concluyó lo siguiente en una nota de prensa del Instituto Max Planck: «Nuestros análisis permiten conocer mejor la historia evolutiva de los homínidos del Pleistoceno medio en Asia oriental».

Países

Estados Unidos

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