Al aliviar el insomnio, las aplicaciones de apoyo emocional también previenen la depresión
Un desafío al cuantificar la salud mental viene dado por el hecho de que, a menudo, los trastornos se asocian con múltiples diagnósticos. El insomnio se ha identificado como el segundo trastorno mental más común en la Unión Europea, situado entre los trastornos por ansiedad y la depresión mayor. En este estudio también se observó que solo se administraba tratamiento en menos de un tercio de los casos, lo que sugiere la existencia de una importante laguna. El insomnio es un factor de riesgo epidemiológico primario para otros problemas de salud mental. La probabilidad de desarrollar depresión se duplica en las personas con trastornos del sueño. Sin embargo, siguen sin estudiarse suficientemente los mecanismos subyacentes. «Afortunadamente, no todas las personas con insomnio desarrollan otros problemas de salud mental. Al detectar las diferencias entre quienes lo hacen y quienes no, podemos identificar a las personas que corren un mayor riesgo y priorizar su tratamiento preventivo», explica el coordinador del proyecto INSOMNIA, Eus JW van Someren del Instituto Neerlandés de Neurociencias.
Comparar personas de sueño inquieto
En la primera fase del proyecto se utilizaron datos masivos evaluados a través de una plataforma de ciencia ciudadana en línea para mejorar nuestra comprensión del insomnio. Se identificaron perfiles de insomnes con un mayor riesgo de depresión a lo largo de la vida mediante un análisis de clase latente. En la actualidad, el equipo está comparando insomnes de alto y bajo riesgo respecto a diversas variables de la función y la estructura encefálica con el objetivo de identificar los factores subyacentes. Centrándose en los insomnes de alto riesgo, el equipo también está trabajando para determinar si estas medidas combinadas podrían predecir quién corre un mayor riesgo de desarrollar síntomas de depresión a lo largo de un año. Esperan disponer de los resultados este otoño, pero los hallazgos preliminares señalan una implicación de los circuitos cerebrales de regulación de las emociones más que de los sistemas de regulación del sueño, como cabría esperar. De confirmarse, este hallazgo podría revelar por fin por qué el insomnio es el principal factor de riesgo para desarrollar depresión y otros problemas de salud mental, especialmente trastornos de ansiedad y trastorno por estrés postraumático.
Medidas preventivas
El proyecto INSOMNIA también ha evaluado si las intervenciones domiciliarias a través de internet en relación con el insomnio lograron mejorar el sueño y prevenir la depresión. Dichas intervenciones estuvieron guiadas por psicólogos con formación e incluyeron diversos módulos cognitivos, conductuales y de exposición a la luz. «Este enfoque aumentó enormemente el cumplimiento en comparación con las intervenciones digitales automatizadas. Se observó que la combinación de diversos módulos en línea resultaba especialmente eficaz para prevenir los síntomas de depresión en los 132 participantes, al menos durante un año», añade van Someren, Ser capaz de identificar a las personas con un alto riesgo de depresión y priorizar la realización de intervenciones preventivas no solo beneficia a las personas afectadas, sino que también disminuye la carga de los servicios de salud mental. Además de desarrollar una metodología pionera para detectar a esos miembros de la sociedad en situación de vulnerabilidad, se puede ampliar la intervención preventiva a través de internet de INSOMNIA para su uso en poblaciones mayores. «Si bien todavía estamos revisando los datos en busca de información nueva, lo cual podría cambiar la perspectiva sobre la mejor manera de apoyar la salud mental, los hallazgos realizados hasta el momento ya han sentado la base de un abanico más amplio de intervenciones innovadoras para mejorar la regulación de las emociones durante la noche», afirma van Someren.
Palabras clave
INSOMNIA, depresión, salud mental, sueño, regulación de las emociones, cerebro, ansiedad