Un estilo de vida más sedentario impulsó la expansión de los pueblos agrícolas durante la transición neolítica
Los estudios isotópicos se emplean mucho para recopilar información sobre compuestos orgánicos e inorgánicos, por ejemplo datos sobre la dieta y los movimientos humanos en el pasado o para reconstruir las condiciones climáticas y medioambientales pasadas. Este método ha sido una gran fuente de información sobre la transición al Neolítico en Europa, pero este tipo de estudios no abundan en Oriente Próximo. En esa región, la revolución en la base de la subsistencia se produjo antes que en Europa y tuvo un carácter más complejo. Teniendo en cuenta tales características, el coordinador del proyecto ISONEO, Andrew Millard, comenta: «En consecuencia, disponemos de pocos datos sobre los cambios en la dieta y la movilidad de las personas, y no podemos comparar esta región crucial con la posterior transición en Europa o con transiciones paralelas en otras zonas». El equipo de investigación se esforzó por disminuir tal desequilibrio.
La transición neolítica a la agricultura en Oriente Próximo
ISONEO, respaldado por el programa Marie Skłodowska-Curie, utilizó el análisis de isótopos de carbono para investigar la composición de la dieta de ciertas poblaciones neolíticas de Oriente Próximo. El equipo empleó isótopos de oxígeno y estroncio del esmalte dental humano para poder estudiar también el importante papel de la migración a la hora de crear y mantener la población de los yacimientos del Neolítico precerámico en Jordania, Israel y Siria. Se centraron en los yacimientos arqueológicos de ‘Ain Mallaha (Natufiense), Tell Qarassa norte (principios del Neolítico precerámico B), Kharaysin (mediados del Neolítico precerámico B), ‘Ain Ghazal (entre mediados del Neolítico precerámico B y el Neolítico precerámico C) y Beisamoun (Neolítico precerámico C). Basándose en los resultados, Jonathan Santana, investigador del proyecto, comenta: «Pudimos demostrar un nivel considerable de movilidad humana al final del período Natufiense de ‘Ain Mallaha». Las poblaciones a finales del Natufiense eran grupos de cazadores-recolectores que, con el tiempo, se volvieron más sedentarios. Los hallazgos de ISONEO proporcionan pruebas claras de la creciente sedentarización en ‘Ain Mallaha. «En consecuencia, nuestros resultados sugieren que la agrupación de personas fue un factor significativo para la emergencia de la sedentarización durante el período Natufiense», añade Santana. Los resultados del proyecto también indican que la mayoría de personas de estos yacimientos eran autóctonos y que solo dos eran foráneos, en Tell Qarassa norte y Beisamoun. Aunque el equipo no logró identificar una posible zona de origen de la persona foránea de Tell Qarassa norte, posiblemente procedía de las zonas costeras o del valle del Rift en Jordania. Los datos de isótopos de estroncio del forastero de Beisamoun, ubicado en la misma zona que ‘Ain Mallaha, sugieren diferentes orígenes que varían del Epipaleolítico al Neolítico precerámico C.
Una baja movilidad fomenta el crecimiento de poblaciones agrícolas fuertes
La investigación de ISONEO reveló que la mayoría de las personas crecieron en o cerca de sus pueblos en los yacimientos del Neolítico precerámico seleccionados para el estudio. Además, señala unos patrones de movilidad humana local o reducida en los yacimientos del Neolítico precerámico, lo cual coincide con un modelo de interacción basado en la movilidad de unos pocos individuos o grupos de trabajo en el Levante meridional. «La baja movilidad pudo haber sido beneficiosa para que los pueblos agrícolas se volvieran sostenibles y resilientes durante la transición neolítica. Nuestros resultados sugieren que la migración o el intercambio de personas dentro de los yacimientos no fueron esenciales para crear unas redes de interacción resistentes, duraderas y resilientes», concluye Santana.
Palabras clave
ISONEO, Neolítico, Neolítico precerámico, Oriente Próximo, agricultura, movilidad humana, sedentarización, análisis de isótopos