Convertir plumas procedentes de desechos avícolas en valiosas materias primas
La industria avícola es responsable de una gran cantidad de desechos. Por ejemplo, solo la Unión Europea genera 3,1 millones de toneladas al año de desechos en forma de plumas. Por norma general, este subproducto se quema o bien se convierte en piensos para animales de bajo valor nutricional. Ambas opciones no solo resultan contaminantes, sino que además desperdician una oportunidad de contribuir a la economía circular. Según señala Sarah Montes, investigadora de CIDETEC: «Si bien la conversión y el uso de plumas como materia prima en las aplicaciones industriales sigue siendo extremadamente limitada, su potencial está ahí. Mediante el uso de métodos adecuados, estos desechos podrían destinarse a una amplia gama de materias primas, como la queratina hidrolizada, los bioplásticos, los revestimientos resistentes al fuego, fibras de telas no tejidas y resinas biológicas termoestables». Para liberar todo este potencial, el proyecto KARMA2020, financiado con fondos europeos y coordinado por CIDETEC, ha desarrollado los métodos y las estrategias necesarios para transformar las plumas de desechos avícolas en valiosas materias primas.
Un rendimiento a la altura
El proyecto se puso en marcha para desarrollar tecnologías de conversión eficiente para el procesamiento de plumas que permitan la fabricación a gran escala de materias primas a partir de ellas. Esto implicaba mejorar el pretratamiento y condicionamiento de los procesos, así como el aislamiento de la queratina y otras materias primas procedentes de plumas. El proyecto validó asimismo el uso de estas materias primas en la fabricación de productos finales de origen biológico. Como explica Montes: «En cuanto fuimos capaces de obtener materias primas a partir de plumas, pudimos comparar su rendimiento con el de sus alternativas fósiles. Lo que descubrimos fue que el rendimiento de las materias primas procedentes de plumas estaba a la altura del de los otros materiales e incluso, en el caso de algunas aplicaciones, se comportaban mejor». Uno de los retos que debió afrontar el proyecto desde su comienzo consistió en hallar el mejor modo de desinfectar las plumas. Los investigadores descubrieron que algunos de los métodos de limpieza empleados para esterilizar las plumas no eran efectivos. En tales casos, los microorganismos lograban resistir a la desinfección. Aunque dichos microorganismos no fueran patógenos, sí que incidían en la eficacia de algunas de las tecnologías utilizadas en el proyecto, como el tratamiento enzimático de las plumas. Esto significó que el equipo investigador se vio obligado a desarrollar protocolos de desinfección específicos.
Un componente esencial para la economía circular
El aprovechamiento de las plumas desechadas, junto con los hallazgos tecnológicos alcanzados durante el proyecto KARMA2020, garantiza la obtención de importantes beneficios tanto económicos como medioambientales. «El proyecto ha demostrado con claridad que no podemos seguir percibiendo las plumas como un producto de desecho», añade Montes. «En su lugar, deberíamos considerarlas una fuente de materias primas valiosas y un componente esencial de la economía circular». Aunque el proyecto ha concluido oficialmente, el equipo de expertos industriales y académicos que compone KARMA2020 permanece activo. Actualmente se ocupan de seguir desarrollando sus tecnologías y de conseguir las inversiones necesarias para trasladar sus soluciones al mercado.
Palabras clave
KARMA2020, economía circular, aves de corral, plumas, materias primas procedentes de plumas, industria avícola, CIDETEC