Comprender los factores psicológicos, socioeconómicos y financieros que influyen en la eficiencia energética
El ahorro de energía mediante la eficiencia energética es de vital importancia porque aporta diversos beneficios, como la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, uno de los pilares del Acuerdo de París. La formulación de políticas en materia de eficiencia energética ayudará en última instancia a cumplir los objetivos de ahorro de energía exigidos por la UE. «Sin embargo, la eficiencia energética no solo depende de la disponibilidad de tecnologías baratas o de intervenciones políticas, sino que se ve influida en gran medida por las opciones de comportamiento de los usuarios», dice Cristina Cattaneo, coordinadora del proyecto financiado con fondos europeos PENNY. El equipo del PENNY estudió los factores psicológicos, sociales, económicos y financieros que influyen en la eficiencia energética en el sector residencial. En él se abordaban dos decisiones distintas en el ámbito de la eficiencia energética: el uso de la energía y la adopción de productos eficientes desde el punto de vista energético.
El papel del comportamiento individual en la eficiencia energética
En colaboración con empresas energéticas y minoristas de diferentes Estados miembros de la UE, el equipo del PENNY aplicó una metodología innovadora en la realización de experimentos de campo con el objetivo de probar la eficacia de las intervenciones conductuales destinadas a influir tanto en el uso de la energía como en las decisiones de inversión. El primero, el uso de la energía, es un comportamiento relacionado con la reducción de energía que representa un esfuerzo rutinario y repetitivo para disminuir el consumo en el día a día. El segundo, el comportamiento relativo a las inversiones, son acciones puntuales, como la compra de nuevos productos de eficiencia energética con ahorro de energía y las bombillas led o los frigoríficos A+++. Uno de los principales hallazgos fue que los obstáculos a la información son una importante limitación de la eficiencia energética. Cattaneo explica: «Sin embargo, todos los tipos de intervenciones informativas no son eficaces para salvar la brecha del conocimiento de los individuos. Los responsables políticos deben ser conscientes de que el formato en el que se presenta la información es un fuerte moderador de la eficacia de las políticas informativas». Los socios del proyecto también compararon la aceptabilidad de diferentes tipos de políticas. Comprobaron que los consumidores aceptan más las políticas dirigidas a las inversiones en eficiencia energética que las destinadas a la reducción del consumo.
Políticas futuras para aumentar al máximo la eficiencia energética
Por último, los investigadores subrayaron que las motivaciones financieras no son los únicos impulsores del comportamiento de eficiencia energética. Existen diversos obstáculos relacionados con el comportamiento individual —el sesgo del «statu quo», la racionalidad limitada, las preferencias dependientes de la referencia y las fuertes preferencias ambientales— que no pueden abordarse solo con instrumentos económicos y reglamentarios. Según añade Cattaneo: «La complejidad y la variedad de los obstáculos relacionados con el comportamiento individual exigen una mayor comprensión de la economía conductual. Este resultado final exige un esfuerzo adicional en el estudio del comportamiento de los consumidores para formular intervenciones políticas eficaces en el ámbito de la eficiencia energética». Cattaneo concluye: «PENNY ha logrado avances en la comprensión de las decisiones de los consumidores en relación tanto con el uso de la energía como con la adopción de tecnologías eficientes en materia de energía. Ayudará a respaldar la formulación de estrategias, políticas y programas en materia de eficiencia energética en toda Europa».
Palabras clave
PENNY, energía, eficiencia energética, comportamiento de los consumidores, políticas en materia de eficiencia energética