¿Las noches en vela son verdaderamente perjudiciales para la salud?
El sueño es universal en todo el reino animal. La mayoría de las especies dedican una parte considerable del día a dormir, a pesar del riesgo que corren a causa de los depredadores y el tiempo que no se dedica a labores productivas como la alimentación y la cría. Es sabido que el sueño está bajo el control de dos procesos: un ciclo circadiano o diario y un componente homeostático, por el cual el organismo mantiene las condiciones internas a pesar de las fluctuaciones externas. El proyecto SEX_FIGHT_SLEEP, financiado con fondos europeos, gestionado en el Imperial College de Londres puso a prueba presunciones arraigadas sobre la función y regulación del sueño. «En particular, queríamos comprobar dos aspectos del sueño de una forma más correcta desde el punto de vista cuantitativo y evolutivo, empleando «Drosophila melanogaster» (mosca de la fruta o del vinagre) como animal modelo», explica Giorgio F. Gilestro, coordinador del proyecto. Lucidez científica para considerar otras opciones «Diseñamos experimentos que interfirieron con la regulación del sueño manipulando la interacción social», describe Esteban Beckwith, beneficiario de una beca del programa Marie Skłodowska-Curie, y Quentin Geissmann, entonces un doctorando del laboratorio. Una segunda investigación abordó la función del sueño, de forma que los investigadores estudiaron si desempeña una función vital de la misma forma que la comida. El equipo describe la segunda parte de la investigación como «la presentación de una hipótesis muy audaz y provocadora». Considerar que el sueño no es una necesidad vital y que no desempeña una función vial se aleja, en efecto, de lo que hasta ahora se cree como cierto en relación a la privación del sueño. Por primera vez, estos científicos demostraron que existen animales insomnes y que la privación crónica de sueño no es letal en la «Drosophila». SEX_FIGHT_SLEEP descubrió que la privación de sueño derivada de una interacción macho-macho forzada da lugar a lo que se denomina «rebote de sueño», que es la necesidad de descansar y recuperar sueño. Sin embargo,en las moscas que se mantuvieron despiertas toda la noche mediante excitación sexual, no se aprecia en absoluto dicho rebote y no parecen necesitar recuperar el sueño perdido. «Esto indica que la privación de sueño no es solamente una manipulación cuantitativa, sino también cualitativa, esto es importante no solo por cuánto tiempo permanecemos despiertos, sino también para qué», afirma Beckwith. Enjambres de moscas con gran repercusión en los medios de comunicación El trabajo con literalmente miles de moscas recibió gran atención y se presentó en medios de comunicación como el artículo de eLIFE, The New York Times, Public Broadcasting Service y la BBC. Además, el Imperial College de Londres publicó una nota de prensa y un vídeo. «Queríamos llevar a cabo la privación de sueño de una forma totalmente automatizada», resume Gilestro. La creación de la infraestructura técnica para el trabajo fue un proyecto en sí mismo. «Algunos de los problemas fueron, de hecho, totalmente inesperados, como la influencia de la meteorología en las máquinas que utilizábamos para nuestros análisis», recuerda Gilestro. «Además, trabajar en verano fue más difícil porque nuestras incubadoras no aguantaban el calor generado por las máquinas que utilizábamos (alrededor de unos cien ordenadores Raspberry Pi)», describe gráficamente Gilestro. El equipo está ahora muy interesado en el rebote de sueño. Beckwith concluye con una propuesta de futuro para la investigación: «En particular, me interesa comprender si el rebote de sueño es verdaderamente necesario para el organismo para recuperar algo que se ha perdido con el sueño o si las consecuencias de un rebote son simplemente una forma que tiene el cuerpo de restablecer un ritmo biológico».
Palabras clave
SEX_FIGHT_SLEEP, sueño, privación de sueño, rebote, moscas, «Drosophila melanogaster», interacción social
