La acidificación oceánica daña el sentido auditivo del pez payaso
La audición es uno de los principales recursos de las larvas del pez payaso para su supervivencia en el océano, puesto que en horas diurnas les permite detectar la presencia de depredadores en arrecifes de coral. Ahora un nuevo estudio a cargo de un equipo internacional de investigadores indica que este sentido esencial podría resultar mermado por los efectos del fenómeno de la acidificación oceánica. Los investigadores, procedentes de Australia, Taiwán y Reino Unido, partieron de trabajos anteriores que habían mostrado que dicha acidificación puede perjudicar al sentido del olfato de los peces. Estos nuevos hallazgos, publicados en la revista Biology Letters, apuntan a que también es preocupante el posible impacto en la audición. El fenómeno de la acidificación oceánica surgió cuando los combustibles fósiles empezaron a emplearse a gran escala. Más de la mitad del total de CO2 generado por la quema de combustibles fósiles es absorbida por el océano, a raíz de lo cual desciende el pH. Desde el comienzo de la Revolución Industrial, el nivel de pH de los océanos ha disminuido a mayor velocidad que en ningún otro período de los últimos 650 000 años. El equipo llegó a estas conclusiones tras analizar larvas criadas desde su nacimiento en entornos con distintas concentraciones de CO2. Al cabo de entre 17 y 20 días, los autores examinaron la respuesta de los peces payaso a distintos sonidos procedentes de un arrecife de coral con abundancia de depredadores, por ejemplo el sonido de crustáceos y diversas especies ictiológicas. El primer firmante del trabajo, el Dr. Steve Simpson de la Universidad de Bristol, declaró: «A algunas de las larvas de pez payaso las criamos en las condiciones actuales, y a otras las sometimos a tres tratamientos distintos añadiendo CO2 conforme a las predicciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) para el periodo 2050-2100. Diseñamos una clase completamente nueva de recipiente doble experimental («cámara de elección» o choice chamber) que nos permitió reproducir el sonido de arrecifes a través de un altavoz sumergible y observar la reacción de los peces. Los peces criados en las condiciones que presenta el océano en la actualidad huyeron al reproducir el ruido correspondiente a depredadores; en cambio, los criados en las condiciones de CO2 previstas para 2050-2100 no reaccionaron.» Este trabajo muestra que, de cumplirse las condiciones anticipadas para dicho periodo, en cuestión de unas pocas décadas la capacidad auditiva de este pez, uno de los habitantes más recientes y vulnerables de los océanos, podría resultar insuficiente para detectar a posibles agresores. No obstante, queda por ver si la especie sería capaz de adaptarse a las nuevas condiciones. «Lo que hemos hecho es colocar a peces de hoy en el entorno del mañana, y los efectos podrían ser devastadores», apuntó el Dr. Simpson. «Queda por saber si, en las próximas generaciones, los peces podrían adaptarse y sobreponerse a la acidificación del océano. Éste ha sido un experimento unidireccional a escala mundial; realizar pronósticos y predecir procesos de interacción reviste una gran dificultad para la comunidad científica.» Asimismo, puesto que el oído de las especies de peces está ubicado en un punto profundo de la parte posterior de su cabeza, estos resultados sugieren que la acidificación del océano afecta tanto a los sistemas sensoriales internos de los peces como a los externos. También hacen temer que, de continuar el descenso del nivel del pH, podría resultar afectado el sistema sensorial al completo de las larvas del pez payaso.Para más información, consulte: Universidad de Bristol: http://www.bris.ac.uk/
Países
Australia, Taiwán, Reino Unido