Investigadores de la UE piden objetivos de reducción de CO2 más ambiciosos por el bien de los océanos mundiales
Los científicos del proyecto comunitario CARBOOCEAN han instado repetidamente a una mayor reducción de las emisiones antropogénicas de dióxido de carbono (CO2). En su opinión, los objetivos fijados actualmente no son lo suficientemente estrictos pues, pese a lo que se suele creer, sus hallazgos indican que los sumideros de carbono del Atlántico Norte y del Océano Antártico, zonas en las que se absorbe más CO2 del que se libera, no son constantes, sino que están disminuyendo desde hace casi una década. Según los resultados de las investigaciones de un proyecto financiado por la UE, el aumento de la concentración de CO2 en la atmósfera acelerará el proceso de acidificación del océano y reducirá la eficacia de los sumideros oceánicos de carbono. El proyecto CARBOOCEAN («Evaluación de fuentes y sumideros de carbono en el mar»), financiado por medio del área temática «Desarrollo sostenible, cambio global y ecosistemas» del Sexto Programa Marco (6PM), ha puesto de relieve la gran importancia que tiene localizar y cuantificar el CO2 contenido en los océanos, así como averiguar su origen. Los responsables de CARBOOCEAN, dotado de una financiación de más de 14 millones de euros, opinan que sobreestimar la capacidad de los océanos para actuar como sumideros puede tener consecuencias funestas a la hora de elaborar políticas en este campo. En opinión de los socios del proyecto, que proceden de Europa, Marruecos y Estados Unidos, de igual modo que en la medicina se necesitan un diagnóstico y un pronóstico para afrontar un proceso patológico, habría que seguir el mismo camino para esclarecer la capacidad de los océanos para absorber CO2. Según fuentes del consorcio: «Es necesario realizar observaciones, y para llevar a cabo simulaciones climáticas y formular un pronóstico realista es imprescindible cuantificar de forma correcta la capacidad de los océanos para actuar como sumideros de CO2». Y para ello resulta fundamental determinar la función que desempeñan los océanos en la absorción de CO2 y la formación de sumideros, pues sólo así podrá la comunidad investigadora realizar en el futuro simulaciones climáticas realistas. «De todo el CO2 que hemos arrojado a la atmósfera procedente de la combustión de petróleo, gas, carbón, árboles, etc., el 50% ha ido a parar a algún lugar de los océanos, donde se ha disuelto, así que nuestro objetivo era hallarlo», explicó el profesor Douglas Wallace del Instituto Leibniz de Ciencias del Mar (IFM-GEOMAR, Alemania), uno de los socios de CARBOOCEAN. Por su parte, la Dra. Ute Schuster, investigadora asociada de la Universidad de East Anglia (Reino Unido), explicó: «Dependemos de esa función de absorción de los océanos. Si estos absorbieran menos cantidad de CO2, una mayor cantidad permanecería en la atmósfera, lo que aceleraría el cambio climático. Nos tememos que si el Atlántico Norte, una de las regiones del mundo que más CO2 absorbe, retiene cada vez menos de éste, se acelere y agrave en gran medida el cambio climático.» Mediante mediciones de series temporales, así como de mediciones en la superficie y en distintas secciones de profundidades oceánicas, CARBOOCEAN ha descubierto que el agua es cada vez más ácida. Según los socios del proyecto, esta acidificación afecta a los ciclos de carbono orgánico e inorgánico, así como a los organismos marinos provistos de caparazones calcáreos. CARBOOCEAN está desarrollando una base de datos que ayudará a la comunidad investigadora a cuantificar los sumideros de carbono que existen en los océanos. Además, promoverá la notificación de datos colaborativa. También cabe destacar que EPOCA («Proyecto europeo sobre la acidificación oceánica»), una iniciativa derivada de CARBOOCEAN, está investigando de qué manera afectan a los océanos los cambios en la química de los carbonatos. Desde el consorcio de CARBOOCEAN advierten que la buena voluntad no basta para salvar al mundo de los efectos del cambio climático. Lo que resulta esencial es ampliar nuestros conocimientos sobre los mecanismos que hacen que las emisiones antropogénicas calienten la atmósfera, influyendo así en el clima. Según los investigadores, el CO2 es el principal agente del cambio climático y, a la vez, el más fácil de controlar.
Países
Alemania, Reino Unido