Un estudio advierte de la pérdida de singularidad de las comunidades vegetales europeas
Las invasiones de especies exógenas y las extinciones provocan que las comunidades vegetales de Europa pierdan su singularidad, según indica una investigación financiada con fondos comunitarios y publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). El apoyo comunitario al estudio provino de los proyectos DAISIE («Elaboración de inventarios de especies exóticas invasoras en Europa») y ALARM («Evaluación a gran escala de riesgos medioambientales para la biodiversidad con métodos probados»), ambos financiados mediante el área temática «Desarrollo sostenible» perteneciente al Sexto Programa Marco (6PM) de la UE. Una de las maneras más comunes de evaluar la biodiversidad en una zona concreta es el recuento de la cantidad de especies que la pueblan. Sin embargo, este estudio indica que también es importante averiguar el grado de parentesco que tienen entre sí las especies de una comunidad. La importancia de este aspecto radica en que una comunidad vegetal compuesta en su mayoría por especies sin relación entre sí tiene más probabilidades de superar la presión que ejercen circunstancias externas como un cambio de temperaturas o una sequía. En cambio, si una especie no supera dichas adversidades en una comunidad con relaciones de parentesco más estrechas, es probable que otras especies similares tengan muy difícil la supervivencia. En este estudio, los investigadores analizaron datos que se remontan al año 1500 sobre las especies vegetales de diferentes regiones de Europa, donde existen unas 11.000 especies autóctonas. Desde 1500 han llegado a Europa unas 1.600 especies exógenas y 1.700 europeas han invadido otras regiones de Europa de las que no son originarias. Esto significa que cerca del 53% de las invasiones de plantas en Europa son atribuibles a especies que se han extendido de una región europea a otra. En los últimos siglos sólo se han extinguido dos especies vegetales europeas. Sin embargo, hay unas quinientas que han desaparecido de alguna región. Por ejemplo, la Asperula arvensis (rociadera azul) ha desaparecido de Alemania y Austria como consecuencia de la agricultura intensiva, pero todavía se puede encontrar en Italia y España. El hecho de que el número de invasiones sea muy superior al de las extinciones significa que la cantidad total de especies existentes en las regiones europeas ha aumentado. Sin embargo, las especies que han desaparecido suelen ser relativamente raras y proceden de familias que en comparación con el resto no cuentan con muchos miembros. Por el contrario, las especies invasivas suelen pertenecer a familias compuestas por un gran número de especies y a menudo están muy relacionadas con otras especies que habitan la región invadida. En la práctica esto significa que, a pesar de que la cantidad total de especies de las regiones estudiadas está aumentando, las plantas de una región dada son cada vez más parecidas y las diferencias entre regiones se difuminan al surgir las mismas especies en todas partes. «Nuestros estudios han demostrado que, pese al aumento de la cantidad de especies en las regiones europeas, debido a que son más las nuevas que las que desaparecen, las regiones pierden a mayor velocidad su singularidad filogenética y taxonómica», comentó el Dr. Marten Winter del Centro Helmholtz de Investigación sobre el Medio Ambiente (UFZ, Alemania). «En el debate sobre la diversidad biológica se debe considerar, además de la cantidad de especies, otros parámetros como el parentesco entre las especies, por ejemplo, que pueden aportar información adicional importante sobre el estado del ecosistema y los posibles riesgos a los que se enfrenta.» Los investigadores participantes en el estudio publicado en PNAS proceden de República Checa, Alemania, Grecia, Lituania, Nueva Zelanda, España, Suiza y Reino Unido.