Los estereotipos implícitos afectan a la igualdad de sexos en la comunidad científica
Una nueva investigación muestra que ciertos estereotipos implícitos pueden influir en la igualdad de sexos en ciencia y matemáticas en lo que a rendimiento e implicación en ellas se refiere. Los resultados, publicados por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), muestran que más de dos tercios de los participantes en el estudio asociaban la ciencia a los hombres y no a las mujeres. Los investigadores afirmaron que el 70% de los participantes de una muestra de más de medio millón de personas, en la que había ciudadanos checos, húngaros y polacos, asocian la ciencia a los hombres más que a las mujeres. El estudio también descubrió que los chicos de entre doce y trece años lograban mejores notas en asignaturas científicas y matemáticas en países cuyos ciudadanos conservaban estereotipos implícitos fuertes. «Relacionamos nuestros datos con una medida de las calificaciones en asignaturas científicas entre los estudiantes de último curso de secundaria en 34 países y descubrimos que en los países en los que se daba la mayor diferencia entre ambos sexos, en los que los chicos sacaban mejores notas que las chicas en matemáticas y ciencias, también estaban más arraigados estereotipos implícitos que implican que la ciencia es cosa de hombres», explicó el profesor Brian Nosek, de la Universidad de Virginia (Estados Unidos) y coordinador del proyecto. Los resultados del estudio sugieren que los estereotipos implícitos podrían también influir en que las chicas se distancien de las ciencias, al contrario de lo que sucedería con los chicos. «Descubrimos una tendencia general en todos los países que investigamos: [...] la gente suele asociar con más facilidad conceptos científicos con hombres que con mujeres», añadió el profesor Nosek. Este estudio científico formó parte de Project Implicit, un sitio web dedicado a la investigación y la educación en el que los visitantes podían cumplimentar un «test sobre asociaciones implícitas» para evaluar sus prejuicios. Las notas en ciencias y matemáticas en las 34 naciones participantes en el estudio se obtuvieron mediante el «Estudio sobre tendencias en las ciencias y las matemáticas a nivel internacional» y se compararon con los datos sobre estereotipos implícitos recopilados por Project Implicit. Los investigadores descubrieron que el estereotipo implícito que asocia ciencia y hombres afectaba por igual a hombres y a mujeres. Ambos sexos «mostraron la misma intensidad en las asociaciones entre ciencia y hombres». En este estudio se pidió a los participantes que clasificaran rápidamente ciertas palabras genuinamente masculinas como «él» e «hijo» o inequívocamente femeninas como «ella» y «madre», así como otras relacionadas con la ciencia, como «química» y «física», o con las humanidades, como «historia» y «literatura». La mayoría de los sujetos asociaron las palabras masculinas con términos científicos mucho más rápido que las palabras femeninas con los mismos términos. «Hay participantes que se sorprenden al saber que puede que tengan inclinaciones inconscientes relativas a sexo, raza o religión que distan bastante de sus creencias manifiestas», explicó el profesor Fred Smyth de la Universidad de Virginia. Los investigadores percibieron que la divergencia entre las creencias implícitas y explícitas y la relación de ambas con el comportamiento muestran que las reacciones implícitas y automáticas así como las creencias explícitas y deliberadas desempeñan una función importante en el comportamiento. «La cultura es una potente fuerza moldeadora de las creencias y los comportamientos de quienes pertenecen a un grupo cultural», afirmó el profesor Nosek. «Por mucho que cambien las creencias explícitas de una persona, el residuo cultural puede persistir en la memoria y seguir influyendo en el comportamiento.» El profesor Nosek concluyó: «Si estos países desean incrementar su competitividad en ciencia e ingeniería, deberían analizar sus entornos sociales, los factores sociales (como estereotipos implícitos) que existen en la cultura, y cómo estos pueden llegar a inhibir la aportación de la mujer (que representa más de la mitad de los recursos intelectuales) al progreso de la ciencia y la ingeniería.»
Países
Chequia, Hungría, Polonia, Estados Unidos