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Se halla un nexo entre la propensión a la soriasis y la carencia de determinados genes

La soriasis, una enfermedad inflamatoria de la piel, afecta a un porcentaje de entre el 1 % y el 5 % de la población de cada país europeo. Es más frecuente en Escandinavia y el norte de Europa. En su empeño por descubrir qué personas son más propensas a sufrir esta enfermedad ...

La soriasis, una enfermedad inflamatoria de la piel, afecta a un porcentaje de entre el 1 % y el 5 % de la población de cada país europeo. Es más frecuente en Escandinavia y el norte de Europa. En su empeño por descubrir qué personas son más propensas a sufrir esta enfermedad crónica, un grupo de expertos en genética de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) descubrió que aquellas que carecen de los genes LCE3B y LCE3C son más proclives a padecerla. Los resultados de su investigación se publicaron recientemente en la revista Nature Genetics. Los genes LCE3B (late cornified envelope 3B) y LCE3C (late cornified envelope 3C) tienen la función de proteger nuestra piel. Sin estos genes, la piel se encuentra más o menos indefensa ante la secuencia de daños e inflamación que desencadena la soriasis. Los investigadores descubrieron que la ausencia de estos dos genes estaba muy ligada a la propensión a padecer soriasis en la muestra de 2.831 personas que participaron en el estudio (procedentes de Italia, Países Bajos, España y Reino Unido). «El cálculo preciso del número de genes es todo un reto técnico, pero es necesario para demostrar esta relación», según explicó John Armour miembro del equipo de investigación y profesor del Instituto de Genética y la Facultad de Biología de la Universidad de Nottingham. «Este nuevo informe pasa a engrosar una lista cada vez más nutrida de trastornos causados por variaciones en el número de genes, y todo parece indicar que no será el último caso», añadió. «Lo que hace que este caso sea especialmente interesante es que en el Reino Unido es más común carecer de estos genes que tenerlos.» La investigación ha demostrado que casi un tercio de las personas con soriasis tiene familiares que también la padecen. Pese a que hace tiempo que se descubrió la importancia de la predisposición genética en la incidencia de la soriasis, hasta hace poco no se ha podido definir con exactitud la naturaleza de las variaciones que, en palabras de los investigadores, «inducen a tal predisposición». En total se han identificado cinco tipos de soriasis, y entre el 10% y el 30% de las personas que padecen esta enfermedad también desarrolla un tipo de artritis denominada artritis soriásica, que consiste en la inflamación de las articulaciones. La forma más común de soriasis, que afecta a un 80% de quienes padecen esta enfermedad, provoca la aparición de placas de piel escamosa que produce picores, y suele localizarse en zonas prominentes como las rodillas y los codos, la parte inferior de la espalda y el cuero cabelludo. Los otros tipos son la soriasis en gotas (que se caracteriza por pequeños granos rojos en la piel), la pustulosa (pústulas blancas rodeadas de piel enrojecida), la flexural (zonas lisas y enrojecidas en los pliegues de la piel) y la eritrodérmica (amplias zonas enrojecidas que producen intensos picores y dolor). La soriasis no tiene cura, pero, dependiendo del tipo y la gravedad de cada caso, las personas que la padecen pueden controlar sus signos y síntomas con tratamientos permanentes. Los datos revelan que la soriasis afecta principalmente a los caucásicos (o de raza blanca), mientras que los asiáticos apenas la padecen. Los signos y síntomas de la soriasis suelen manifestarse en personas de entre quince y treinta y cinco años, y el 75 % de los casos se diagnostica antes de los cuarenta años. Según los expertos, entre los cincuenta y los sesenta años se da otro pico de incidencia. El coordinador de este estudio internacional fue el catedrático Xavier Estivill de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (España).

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