Un proyecto comunitario desarrolla materiales inteligentes para la reducción del ruido
La reducción de la contaminación acústica era el objetivo del recién completado proyecto InMar («Intelligent Materials for Active Noise Reduction»), financiado con fondos comunitarios. Este proyecto ha desarrollado satisfactoriamente una serie de materiales y sistemas inteligentes para su uso en automóviles, vehículos ferroviarios e infraestructuras. El proyecto InMar, de una duración de cuatro años, reunió a 41 socios de 13 países y fue coordinado por el Instituto Fraunhofer de Durabilidad Estructural de Darmstadt. Recibió cerca de 15 millones de euros del Sexto Programa Marco (6PM) de la UE. Un equipo del proyecto investigó la transmisión de vibración en la carrocería del coche y cómo podía reducirse activamente con la ayuda de una caja de cambios especial. Mientras tanto, otro equipo creó un compresor para el sistema de aire acondicionado de un tranvía, cuyas oscilaciones se reducen activamente gracias a un amortiguador de vibraciones. Otro equipo trabajó sobre ventanas insonorizadas para sonidos de baja frecuencia de aviones, por ejemplo. «La ventana puede reducir señales de prueba en un rango de frecuencia de entre 50 y 1.000 hercios en un promedio de seis decibelios, de manera que el ruido es sólo la mitad de fuerte», explicó el Dr. Joachim Bös de la Universidad Técnica de Darmstadt. «El volumen de señales de prueba individuales puede incluso reducirse en 15 decibelios [dB].» «Con la mayor parte de las soluciones activas desarrolladas para coches, trenes y elementos de infraestructura, la contaminación acústica puede reducirse en más de 10 decibelios», añadió el Dr. Thilo Bein del Instituto Fraunhofer de Durabilidad Estructural, coordinador del proyecto InMar. «Las ondas sonoras deben reducirse exactamente en rangos de frecuencias que, según se percibe, provocan mucha tensión», explicó el Dr. Bein. «El ruido consiste en muchas ondas sonoras que se solapan en distintos rangos de frecuencias.» Gracias a la adaptabilidad de sistemas de estructuras activos, la conducta de la vibración puede cambiarse en aquellas áreas en las que son más eficaces.» Más de cien millones personas en toda Europa están afectadas por el impacto dañino de la exposición al ruido constante, que puede causar trastornos del sueño, problemas cardiovasculares u otras reacciones físicas al ruido. Varios estudios han hallado que no debería subestimarse el efecto de la exposición al ruido sobre el cuerpo humano: por ejemplo, el riesgo de que una persona sufra un ataque cardíaco aumenta en un 30% si vive en una zona donde el ruido del tráfico excede regularmente los 65 dB durante un período de tiempo prolongado. Siguiendo la Directiva europea sobre evaluación y gestión del ruido ambiental (2002/49/EC), se requiere que las ciudades y pueblos eviten los efectos nocivos, incluida la opresión del ruido ambiental, o prevenirlos o disminuirlos. Los expertos dicen que, a largo plazo, el objetivo debería ser reducir el ruido del tránsito vial o de trenes para cumplir los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS): 55 dB durante el día y 45 dB por la noche. Los resultados del proyecto fueron presentados recientemente en un congreso celebrado en Darmstadt (Alemania), coincidiendo con el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, el 16 de abril de 2008.