Los ruidos nocturnos aumentan la tensión arterial, según un estudio
Los ruidos nocturnos, como el estruendo de aviones o del tráfico, pueden causar un aumento de la tensión arterial de las personas, incluso sin despertarlas. Ésta es la conclusión de un nuevo estudio del proyecto HYENA («Hypertension and exposure to noise near airports» o Hipertensión y exposición al ruido cerca de aeropuertos), financiado con fondos comunitarios, publicado recientemente en la revista European Heart Journal. Los resultados destacan la necesidad de reducir los niveles de ruido producido por los aviones con el fin de proteger la salud de quienes viven cerca de aeropuertos. La Organización Mundial de la Salud considera que hay tensión arterial alta (o hipertensión) cuando ésta es de 140/90 mmHg o más. Quienes sufren de hipertensión tienen un riesgo mayor de desarrollar afecciones cardiacas y renales, derrame cerebral y demencia. Las molestias que causa el ruido mientras uno duerme son uno de los aspectos más perjudiciales para nuestra salud de la exposición al ruido ambiental. Diversos estudios realizados en laboratorios del sueño han demostrado que los ruidos pueden afectar tanto a la tensión arterial como a la frecuencia cardiaca. No obstante, hasta el momento se han realizado pocos estudios que investiguen este efecto fuera del laboratorio. En esta investigación reciente, los científicos han observado la tensión arterial de 140 voluntarios que dormían en sus casas, situadas cerca de cuatro aeropuertos europeos importantes: Heathrow (Londres, Reino Unido), Malpensa (Milán, Italia), Atenas (Grecia) y Arlanda (Estocolmo, Suecia). Los niveles de ruido en los dormitorios se midieron digitalmente, y también se tomó la tensión arterial cada quince minutos, de forma automática. Los resultados revelaron que la tensión arterial aumentaba notablemente después de un «evento de ruido» superior a los 35 decibelios, incluso si el voluntario seguía durmiendo y, así, no era consciente de la perturbación. De promedio, los ruidos de los aviones causaban un aumento de la tensión arterial sistólica (cuando el corazón se contrae) de 6,2 mmHg y provocaban un aumento de 7,4 mmHg de la tensión arterial diastólica (cuando el corazón se relaja). Otros ruidos más fuertes causaban aumentos aún mayores de la tensión arterial; por cada cinco decibelios de aumento del ruido de los aviones, la tensión arterial sistólica aumentaba de promedio 0,66 mmHg. Se observaron resultados similares con otras fuentes de ruido como el tráfico vial, lo que sugiere que es el volumen del ruido, y no su origen, lo que determina el efecto sobre la tensión arterial de la persona que duerme. «Sabemos que el ruido del tráfico aéreo puede ser un motivo de irritación, pero nuestra investigación muestra que también puede ser perjudicial para la salud de las personas, lo que es particularmente importante a la luz de los planes de extensión de algunos aeropuertos internacionales», comentó el Dr. Lars Jarup del Imperial College de Londres, uno de los autores del estudio. «Nuestros estudios muestran que el ruido de aviones nocturno puede afectar a la tensión arterial instantáneamente y aumentar el riesgo de tener hipertensión. Para mí está claro que es necesario tomar medidas para reducir los niveles de ruido de los aviones, especialmente durante las horas nocturnas, para proteger la salud de las personas que viven cerca de aeropuertos.» Investigaciones anteriores realizadas por el consorcio HYENA revelaron que las personas que han estado viviendo bajo la trayectoria de vuelo de un aeropuerto internacional durante al menos cinco años tienen más posibilidades de sufrir hipertensión que quienes viven en zonas más tranquilas. Ahora los científicos planean investigar si la exposición combinada al ruido y a la contaminación atmosférica aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas. El proyecto HYENA fue financiado mediante el área temática «Calidad de vida y gestión de recursos vivos» del Quinto Programa Marco (5PM).
Países
Grecia, Italia, Suecia, Reino Unido