Análisis de la resistencia antimicrobiana de la granja a la mesa
El proyecto EFFORT, financiado con fondos europeos, tenía como objetivo proporcionar pruebas científicas y datos de alta calidad para informar a los responsables de la toma de decisiones, la comunidad científica y demás partes interesadas sobre las consecuencias de la resistencia antimicrobiana en la cadena alimentaria. Tal y como explica el doctor Jaap Wagenaar, coordinador del proyecto: «A través de la comprensión de la ecoepidemiología de la resistencia antimicrobiana de origen animal, nos propusimos predecir y limitar el futuro desarrollo y exposición de los humanos al tipo de resistencia de mayor importancia clínica». EFFORT desarrolló unas nuevas técnicas para detectar genes de resistencia en las heces de animales secuenciando todo el ADN de muestras fecales («metagenómica»). El resultado fue lo que el doctor Wagenaar describe como una increíble cantidad de información en forma de secuencias de ADN, que tuvo que analizarse mediante herramientas bioinformáticas. El equipo diseñó unos nuevos métodos para abordar todos los datos recogidos. «Los métodos de laboratorio y los programas informáticos desarrollados durante el proyecto evolucionaron muy rápidamente, de forma que aprendimos con la práctica. Resultó emocionante estar en primera línea de los desarrollos en este ámbito de investigación». Se recabó una cantidad de datos tan ingente que, hasta ahora, tan solo se ha analizado un 0,5 %. Sin embargo, dado que los datos están a disposición de otros proyectos europeos, todavía hay hallazgos que están por llegar. «Empleamos la modelización basándonos en los genes de resistencia para detectar los niveles de resistencia a los que están expuestas las personas». Además, los investigadores llevaron a cabo estudios de cepas bacterianas aisladas a partir de animales y el medio ambiente, para ver cómo se comportan. El equipo se preguntó: ¿Las bacterias con genes de resistencia antimicrobiana son tan aptas como las que no los tienen? ¿Por qué algunos clones se propagan muy bien? ¿Necesitan la presión selectiva de los antimicrobianos o pueden propagarse sin ella? «Cuanta más información recopilas, más precisas son las estimaciones sobre cómo se propagarán las bacterias». Sin embargo, aunque la investigación de las bacterias aisladas aportó datos interesantes a los investigadores, estos también llevaron a cabo estudios de intervención en la vida real destinados a reducir el uso de los antimicrobianos en la práctica veterinaria. Esta parte del proyecto se llevó a cabo en explotaciones avícolas y porcinas. Al orientar a los ganaderos, el proyecto pudo fomentar la reducción de los antimicrobianos empleados. «Cuando examinas sistemáticamente la explotación, puedes prestar asesoramiento sobre cambios en ámbitos como la higiene, la ventilación y la alimentación. Además, también se trata de reconsiderar antiguos hábitos y de poner en duda la mentalidad del “Pero yo siempre uso...”. Algunos ganaderos no quieren correr ningún riesgo y están convencidos de que necesitan los antimicrobianos en determinados momentos de la producción. Creen que sus animales enfermarán si no lo hacen. Así que es necesario comprobar si esa suposición es realmente correcta». El equipo de investigación estaba integrado por diecinueve socios de diez países europeos que se reunieron para compartir sus conocimientos técnicos en ámbitos tan amplios como la epidemiología de los genes de resistencia, la microbiología veterinaria, la secuenciación de todo el genoma de las bacterias y los aspectos económicos de la cría de animales. Los hallazgos de EFFORT son de interés tanto para los responsables de las políticas como la comunidad científica: «Estamos orgullosos de haber logrado recabar de forma sistemática tantos datos de nueve países. Una de las primeras publicaciones fue en la revista «Nature Microbiology», lo cual demuestra la importancia científica de nuestro trabajo», comenta con orgullo el doctor Wagenaar.
Palabras clave
EFFORT, resistencia antimicrobiana, ecoepidemiología, antibióticos, cría, supervivencia bacteriana