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Científicos europeos descodifican el genoma de la vid

Investigadores europeos han logrado descodificar el genoma de la vid. Los resultados revelan que la vid contiene más del doble de genes implicados en la producción de aromas y aceites esenciales que otras plantas cuyos genomas ya se habían secuenciado y sugieren que los sabore...

Investigadores europeos han logrado descodificar el genoma de la vid. Los resultados revelan que la vid contiene más del doble de genes implicados en la producción de aromas y aceites esenciales que otras plantas cuyos genomas ya se habían secuenciado y sugieren que los sabores de las distintas variedades de uva podrían caracterizarse a nivel genómico. En la revista Nature, los científicos del «Consorcio Público Galo-Italiano para la Caracterización del Genoma de la Vid» (French-Italian Public Consortium for Grapevine Genome Characterization) explican que escogieron la vid, cuyo nombre científico es Vitis vinifera, «por el importante lugar que ocupa en el patrimonio cultural de la humanidad desde el principio del Neolítico». La vid investigada procede de una línea derivada de la variedad Pinot Noir. Su genoma consta de unos 480 millones de «letras» y algo más de 30.000 genes codificadores de proteínas. Una característica llamativa de su genoma es la gran cantidad de genes relacionados con características del vino. Por ejemplo, se ha hallado que la vid tiene 89 genes funcionales que contribuyen a la producción de resinas, aromas y aceites esenciales que determinan las características aromáticas del vino. En contraste, otras plantas de genomas ya secuenciados poseen tan sólo entre 30 y 40 genes de esta familia. Este elevado número de genes aromáticos sugiere que la diversidad de sabores del vino podría tener su reflejo al nivel del genoma, apuntan los científicos. Además, en el análisis se identificaron 43 genes implicados en la producción de resveratrol, que se ha asociado a los beneficios para la salud de beber cantidades moderadas de vino tinto. Actualmente la vid es vulnerable a una serie de patógenos como el oídio (o mildíu) y la enfermedad de Pierce. Algunas especies emparentadas con la vid son resistentes a estos patógenos. Los científicos confían en que, tras secuenciar el genoma de la vid, pronto se dé con medios para transferir a la vid los genes de la resistencia, bien por retrocruzamiento, bien por transferencia de genes. «Se espera que esto repercuta en un fuerte descenso del uso de pesticidas», comentan los investigadores. La vid es la primera planta frutal cultivada, y la cuarta planta en general, cuyo genoma es secuenciado (las otras plantas son la Arabidopsis, el arroz y el álamo). Los investigadores han puesto la secuencia del genoma de la vid a total disposición de la comunidad científica por medio de bases de datos públicas. Este proyecto comenzó a funcionar en 2005 en el marco de un acuerdo de cooperación científica entre los Ministerios de Agricultura de Francia e Italia. Estos dos países son los principales productores y consumidores de vino de la UE.

Países

Francia, Italia

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