El telescopio VLT afina la vista
El Observatorio Europeo Austral (ESO) ha dotado a su telescopio VLT de un nuevo instrumento para estudiar el universo en mayor profundidad. Los científicos del buque insignia de la astronomía europea han diseñado y construido el HAWK-I (siglas inglesas de «Imagen en banda K de campo amplio y alta agudeza») para estudiar objetos apenas visibles como galaxias lejanas y planetas y estrellas pequeños en longitudes de onda cuasi-infrarrojas. Este instrumento, que es fruto de tres años de trabajo y que cubre aproximadamente la décima parte de la superficie de la luna llena en una única exposición, vio la primera luz en el telescopio Yepun en la noche del 31 de julio al 1 de agosto de 2007. Según los astrónomos, las primeras imágenes fueron impresionantes y confirmaron el potencial de este nuevo instrumento de captación de imágenes de campo amplio. «El HAWK-I es mérito del equipo del ESO que lo diseñó, lo construyó y lo puso en servicio», señaló Catherine Cesarsky, Directora General del ESO. «No cabe duda de que el HAWK-I hará posible un rápido progreso en ámbitos muy diversos de la astronomía moderna al introducir una nueva clase de instrumentos de captación de imágenes de campo amplio, bien muestreadas y cuasi-infrarrojas en los telescopios de la clase 8 m.» «Es fantástico; el rendimiento de este instrumento ha sido estupendo», declaró Jeff Pirard, coordinador del proyecto del HAWK-I. «El principio no podría haber sido mejor; estamos ilusionados ante la posibilidad de obtener imágenes bellas y estimulantes para la ciencia en los próximos años.» Habiendo comprobado y confirmado que todas las funciones de este instrumento tienen el rendimiento esperado, los astrónomos lograron obtener imágenes estelares de una amplitud de tan sólo 3,4 píxeles de ancho (0,34 segundos del arco), de manera uniforme por todo el campo de visión, lo que confirma la excelente calidad óptica del HAWK-I. El HAWK-I captará imágenes en el rango de los 0,9 a los 2,5 micrones en un gran campo de visión de 7,5 x 7,5 minutos del arco, lo que es nueve veces mayor que el del ISAAC, otro instrumento de captación de imágenes cuasi-infrarrojas del VLT. El ISAAC ha demostrado de qué manera pueden contribuir las imágenes cuasi-infrarrojas al descubrimiento y el estudio de galaxias lejanas de gran tamaño; del HAWK-I se espera que vaya más allá al ser capaz de estudiar áreas mucho más grandes con una calidad de imagen excelente. El HAWK-I cuenta con cuatro detectores de formaciones de 2k x 2k, lo que supone un total de 16 millones de píxeles de 0,1 segundos del arco. «Hasta que entre en servicio el telescopio espacial James Webb en la próxima década, está claro que los telescopios de clase 8 m proporcionarán la mayor sensibilidad alcanzable en infrarrojos por debajo de los tres micrones», explicó Mark Casali, el científico del ESO responsable de este instrumento. Dada la amplitud de campo, el afinado muestreo y la alta sensibilidad del HAWK-I, se espera que consiga avances especialmente importantes en las áreas de las fuentes más tenues. «Gracias a sus filtros especiales, el HAWK-I nos permitirá escudriñar el Universo más lejano», señaló el científico Markus Kissler-Patig. «Concretamente, con el HAWK-I, inspeccionaremos los objetos de formación más antigua del Universo.» También se espera que el HAWK-I ayude especialmente en la búsqueda de las estrellas más grandes y de los objetivos de menor masa de la Galaxia, como los Júpiteres calientes. También es un instrumento muy refinado para estudiar cuerpos del Sistema Solar exterior, como cometas y asteroides helados lejanos. El HAWK-I es el decimoprimer instrumento que se instala en el VLT del ESO. Viene a servir de puente entre la primera generación y la segunda generación de dispositivos que se instalarán en el instrumento óptico más avanzado del mundo.