El Día Mundial de la Malaria arroja algunos datos sobre la tercera enfermedad más mortal del mundo
La malaria mata hasta dos millones de personas al año e infecta a entre 300 y 500 millones más. Las otras únicas enfermedades que matan a más personas son la tuberculosis y el VIH/SIDA. Los países que tienen más riesgo y donde estas enfermedades tienen el mayor impacto son los que están en vías de desarrollo, especialmente del África subsahariana. La Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa celebró el pasado 25 de abril una conferencia de prensa en el Parlamento Europeo de Bruselas para dar a conocer el Día Mundial de la Malaria, y enlazarlo con la nueva campaña Roll Back Malaria, anunciada el 24 de abril. Entre los conferenciantes se encontraban la Profesora Awa-Marie Coll-Seck, secretaria ejecutiva de Roll Back Malaria y el ministro de Sanidad de la República Democrática del Congo, Emile Bongeli, quien habló sobre el destino que les espera a los niños que son golpeados hoy en día por la malaria, presentando un mayor riesgo los menores de cinco años. Según el director ejecutivo del Consorcio para la malaria, Sunil Mehra, "la malaria mata a un niño cada 30 segundos. Además, este niño muere en las 24 horas siguientes, así que hay que salvarlo hoy. Estamos comenzando a ver los frutos de la inversión que se ha hecho en la malaria y que se están cosechando ahora. No sería buena idea interrumpirlos". "La malaria pasa por ser una enfermedad complicada", continuó el Sr. Mehra, "requiere financiación sostenible, capacidades técnicas y pericias, y los resultados se harán patentes porque servirán para reducir la carga económica que supone la malaria y las deudas que genera. El parásito de la malaria es mortal, el mosquito es bastante activo, pero somos las personas las que somos complicadas". En realidad, la malaria se puede prevenir casi en su totalidad. Tan sólo a comienzos del siglo XX la malaria se podía contraer en regiones del sur de Europa y con anterioridad se conocía incluso en lugares tan al norte como el Reino Unido, aunque se localizaba en áreas con microclimas. La forma clásica de prevenir la malaria consiste en impedir la reproducción del vector de la enfermedad, el mosquito, que se puede conseguir alterando su ciclo de vida, normalmente echando aceite en el agua estancada, que es fundamental para que se reproduzca el mosquito. Desafortunadamente este método es impracticable en áreas demasiado extensas para ser abarcadas adecuadamente y por la falta de fondos, como pasa en muchos países africanos. Un problema añadido para los que intentan limitar la expansión de la malaria es la eficacia de los fármacos. La propagación y el uso no regulado de los fármacos contra la malaria han hecho que muchas de las cepas de la malaria se hagan resistentes, así que estos fármacos dejan de ser inútiles. La asociación Roll Back Malaria anunció el 24 de abril que quería centrar sus esfuerzos en los tratamientos de combinación a base de artemisinina (ACT), que se encuentran entre los tratamientos para la malaria más eficaces que hay disponibles hoy en día. La artemisinina tiene una historia interesante. Elaborada en China a principios de los setenta a partir de una medicina tradicional china (Artemisia annua o ajenjo dulce), no se pudo disponer de ella durante veinte años debido a la cultura hermética predominante en la Guerra Fría, y a pesar de los índices increíbles de recuperación que presentan los pacientes a los que se les suministra el fármaco. Después se identificó la planta de la que deriva el principio activo, que es una hierba común bastante abundante en EEUU, comenzando la reactivación de las pruebas sobre el fármaco y sus derivados. La eficacia de este tratamiento de la malaria está demostrada en más del noventa por ciento de los casos, incluso en las variedades más letales de la malaria y en aquellas cepas actualmente resistentes a otras modalidades de terapia. El tratamiento de ACT combina la artemisinina, o alguno de sus derivados, con otros tratamientos más comunes. La campaña Roll Back Malaria 2006, cuyo lema es "Get your ACT together", pretende la introducción de más terapias ACT, especialmente en África. "Además de aumentar sus recursos económicos, estos países necesitan para llevar a cabo sus planes un importante apoyo técnico en los ámbitos de gestión y contratación pública ", explicó el Profesor Coll-Seck. Aunque hay disponibilidad de tratamientos eficaces, el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria sigue siendo el único inversor mayor en fármacos contra la malaria, principalmente de ACT. Es paradójico que a pesar del deseo que existe a nivel mundial de erradicar la malaria, el mayor patrocinador de ACT podría en teoría decidir reducir la financiación. En la reunión del consejo del Fondo Mundial que se celebra del 26 al 28 de abril se decidirá la adjudicación de los fondos. Si aumentan las donaciones al Fondo Mundial, también lo hará el número de programas sobre ACT. La UE y los Estados miembros han contribuido desde la creación del Fondo Mundial con 2.500 millones de dólares estadounidenses (2.010 millones de euros). "La Unión Europea es el contribuyente más importante del Fondo Mundial", declaró el eurodiputado francés Thierry Cornillet (UDF), organizador de la conferencia de prensa en el Parlamento. "La UE como cofinanciadora de este Fondo tiene un gran interés en la lucha contra estas enfermedades que despojan a las personas de su fortaleza antes de matarlos y que constituyen por lo tanto un importante elemento de freno de la economía africana". Aparte de las terapias ACT, la malaria es el centro de un gran número de proyectos de investigación para el desarrollo de vacunas y tratamientos que funcionen. La forma bastante elaborada de propagación de los parásitos de la malaria, descrita a continuación, aporta muchos objetivos potenciales para los investigadores. Dentro del Programa Marco de la Comisión de la UE, actualmente en su sexta edición, alrededor de 190 proyectos individuales han investigado aspectos de la malaria, como su propagación y prevención. Mientras el ACT es eficaz en las personas que ya han contraído la malaria, la otra esperanza se centra en las vacunas, que evitan que las poblaciones de riesgo sean las primeras en contraer la enfermedad. El gigante farmacéutico GlaxoSmithKline cuenta, a través de su Fundación Bill & Melinda Gates, con el apoyo del hombre más rico del mundo para desarrollar la vacuna de la malaria. El matrimonio Gates legó en octubre de 2005 a PATH Malaria Vaccine Initiative (MVI) 107,6 millones de dólares estadounidenses (86,63 millones de euros). Un portavoz de GlaxoSmithKline comentó a Noticias CORDIS que "estamos realizando pruebas clínicas desde finales de los ochenta, y lo que pretendemos ahora es pasar a probar el concepto de estudio en niños de Mozambique de entre 1 y 4 años [...]. La vacuna es eficaz en un 35 por ciento de las modalidades no mortales de la enfermedad y hasta en un 49 por ciento de las mortales. Sus efectos son importantes y perdurarán hasta pasados 18 meses. la vacuna candidata se presentará para ver si se pueden ampliar las pruebas y que entren a formar parte de las vacunas del EPI [el programa expandido de inmunización de UNICEF], que tienen una buena cobertura, y después veremos si podemos reducir la edad en que se suministra la vacuna". Aunque la malaria se propaga a través del mosquito, la enfermedad en sí la porta otro organismo, los protozoos parásitos, conocidos en su conjunto como plasmodium, que habitan en la sangre. El investigador Ronald Ross descubrió el parásito del plasmodium en el estómago del mosquito anopheles en 1898. Gracias a su trabajo pionero le fue concedido el premio Nobel en 1902, y así se pudo resolver el enigma de la malaria, que hasta entonces se había considerado totalmente un misterio, incluso su nombre se tomó del francés "mal aire". Cuando el mosquito anopheles hembra succiona la sangre de un ser humano, los esporozoitos, que son diminutos agentes infecciosos, entran en la sangre. Los agentes se alojan en el hígado del portador, donde se multiplican rápidamente y crecen, convirtiéndose en merozoitos, que después abandonan el hígado y pasan a infectar los hematíes. Estos merozoitos pueden también a su vez multiplicarse, infectando a más hematíes, o diferenciarse en tipos macho y hembra, los llamados gametocitos, los cuales son ingeridos por el mosquito hembra cuando pica a los humanos. Los gametocitos se aparean y reproducen en el estómago del mosquito, produciendo diminutos esporozoitos que de nuevo pueden infectar a los humanos, comenzando así otra vez el ciclo. El parásito necesita de los humanos y los mosquitos como portadores para completar su ciclo vital. De las especies identificadas de plasmodium, sólo cuatro se sabe que infectan a los humanos y por lo tanto que propagan la malaria. El plasmodium falciparum es la variedad más mortal, mientras que Plasmodium vivax, Plasmodium ovale y Plasmodium malariae son conocidas a menudo por su "benignidad", ya que no son normalmente mortales. Debido a que necesita métodos bastante elaborados para reproducirse, cada paso del ciclo de la malaria representa un objetivo potencial para conseguir profilácticos, vacunas u otros tratamientos. Si bien la malaria ha sido erradicada de los Estados miembros de la UE desde hace mucho tiempo, los pronósticos del calentamiento global apuntan a que el mosquito anopheles pudiera fácilmente retornar a climas más del norte, trayendo consigo los parásitos de la malaria conforme aumenta la temperatura.