El aumento de los casos de tuberculosis exige la adopción de medidas
El aumento espectacular en el número de casos de tuberculosis en Europa oriental ha causado la alarma en toda la UE. La tuberculosis infecta a un tercio de la población mundial y mata a más de dos millones de personas en todo el mundo cada año. A pesar del alto índice de infección, sólo entre un cinco y un diez por ciento de los casos acaban degenerando en enfermedad, si bien la tuberculosis sigue siendo la segunda enfermedad contagiosa más letal del mundo, después del VIH/SIDA. Según las estadísticas publicadas en la revista Eurosurveillance, que contiene una edición especial sobre la tuberculosis, se registraron 414.163 casos en 51 de los 52 países europeos en 2004. El 70 por ciento de estos casos se detectan en 13 países pertenecientes a la ex Unión Soviética, con una media de 105 personas infectadas por cada 100.000. Los Veinticinco de la UE muestran, en contraste, un índice medio de 13 de casos por cada 100.000 personas, una octava parte la incidencia detectada en los antiguos Estados de la ex Unión Soviética. Las estadísticas han provocado que el Centro Europeo para el control y prevención de las enfermedades (ECDC) organice una reunión en octubre en conjunción con la OMS y la próxima Presidencia finlandesa de la UE para abordar este tema. Zsuzsanna Jakab, directora de ECDC afirma que "no se puede mantener el aumento continuado de la tuberculosis en las Repúblicas de la ex Unión Soviética. Estamos sufriendo la aparición de cepas de la tuberculosis que no responden a los antibióticos y una tendencia hacia la infección conjunta de VIH y tuberculosis. Si queremos defender la salud pública de la UE debemos plantearnos esta emergencia de salud pública que está ante nuestra propia puerta. Debemos unir fuerzas para garantizar que todos los países apliquen las mejores prácticas, como DOTS [Directly Observed Treatment - el régimen de la OMS aprobado por las Naciones Unidas] y asegurar el control y estudio del surgimiento de las cepas de la tuberculosis resistentes a los fármacos". Más preocupante es que los datos sobre la resistencia a los fármacos en los países pertenecientes al anterior bloque soviético son, como poco, inconsistentes, aunque es seguro que un diez por ciento de los casos no responden al tratamiento. Un segundo informe Eurosurveillance, elaborado por John Watson, de la Agencia de Protección de la Salud de Londres, sugiere que la aplicación de la BCG en toda la UE es muy irregular, y que esta vacuna debería someterse a nuevas evaluaciones. Un tercer estudio franco-danés sobre las cepas resistentes a los fármacos, realizado por Falzon e Infuso, de EuroTB en París, y Scholten, de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Copenhague, concluyó que la prudencia es la mejor política y que las cepas resistentes a los fármacos identificadas deberían estar sujetas a otros controles adicionales. "El resultado debe consistir en notificar todas las enfermedades pulmonares confirmadas, sin importar el historial de tratamiento. Los casos sometidos a tratamiento que han superado los 12 meses, diagnosticados de tuberculosis MDR [resistencia múltiple a fármacos] (identificada al inicio o durante el episodio de tratamiento actual) deberán ser sujetos de supervisión continúa por un periodo más prolongado de observación (de 24 a 36 meses)". En Europa Oriental los casos de tuberculosis son realmente elevados, aunque los índices de infección en Asia Suroriental duplican estos niveles, y en Sudáfrica se cuadriplican esos niveles en 400 casos por cada 100.000 personas, esto es, una cada 250 personas, como resultado de los sorprendentes índices de infección de VIH/SIDA. La tuberculosis ha estado presente en la mayor parte de la historia de la humanidad. Se piensa que la enfermedad se trasmitió de las vacas a los humanos hace unos 4.000 años antes de Cristo, según los estudios arqueológicos, que fue cuando las vacas se domesticaron por primera vez. A través de excavaciones se ha descubierto la bacteria de la tuberculosis en restos que se remontan a esta época. Los personajes de las novelas europeas clásicas sufrían habitualmente de "tisis", confinamiento en la cama, vómitos de sangre y atrofiamiento muscular. Entre las celebridades europeas que murieron de tuberculosis figuran Frédéric Chopin, Franz Kafka y John Keats. Hasta hace relativamente poco tiempo, se creía que la tuberculosis estaba erradicada gracias al desarrollo de la sanidad moderna y los antibióticos y las vacunas eficaces como la BCG (Bacillus Calmette-Guerin). En la década de los cincuenta, la tuberculosis estaba prácticamente erradicada. Volvió a resurgir en la década de los ochenta, debido principalmente a que los enfermos no concluyen los tratamientos de medicación. Así fue cómo aparecieron las primeras cepas resistentes al fármaco. Las personas que padecen de SIDA son particularmente susceptibles a infectarse de tuberculosis, y ello ha empeorado el problema de la resistencia al fármaco. Antes de que existiera el tratamiento de antiretrovirales, a las personas que padecían SIDA se les suministraban más y más antibióticos para combatir las infecciones, pero como carecían de las adecuadas respuestas inmunes, se volvían a infectar de nuevo y esta vez con una forma resistente al anterior tratamiento del fármaco. Sin embargo, las personas infectadas con el VIH/SIDA siguen siendo mucho más susceptibles a la infección de la tuberculosis, las dos enfermedades que forman el horripilante tándem. El programa DOTS de la OMS es una receta de cinco pasos para la detección rápida, la supervisión precisa y el tratamiento de la tuberculosis. El primer paso es simple: un continuo compromiso político para concienciar acerca de la tuberculosis y su erradicación. El segundo paso es garantizar el acceso óptimo al análisis de esputo para la detección rápida de la tuberculosis. El tercer paso es un tratamiento estandarizado basado en fármacos a corto plazo, que o bien curará o revelará alguna resistencia posible al fármaco. El cuarto paso es garantizar un buen suministro de fármacos para asegurarnos de que el tratamiento se cumple o se altera para hacer frente a las cepas resistentes a los fármacos. Por último, la evaluación individual de casos y un seguimiento posterior completo que aporten buenos informes. Hay varios programas de investigación sobre la tuberculosis que se están llevando a cabo en el VIPM dirigidos a reducir estas cifras. La mayoría analizan la eficacia de nuevas vacunas para sustituir la conocida desde hace tiempo vacuna BCG, diseñada para erradicar la tuberculosis, y que recientemente ha mostrado su eficacia en niños, aunque menos en adultos. - Vacunas 4TB, examina las células T - CD8, citotóxicas, un tipo diferente de células que son atacadas por el VIH/SIDA, con el fin de entender mejor estas rutas de las que se sabe poco e identificar otras áreas posibles de vacunas. - El proyecto Integrado TB-VAC, se orienta a actuar como aglutinador de proyectos sobre vacunas de la tuberculosis en el VIPM, y a suministrar vacunas para las pruebas clínicas en cooperación con 31 instituciones de la UE procedentes de nueve Estados miembros de la UE y dos Estados africanos. - TB-DRUG OLIGOCOLOR, se orienta a la rápida detección de los cultivos de tuberculosis resistentes al fármaco. - Un Marcador del tratamiento de la tuberculosis explota la proteína del plasma sanguíneo, suPAR, que resulta ser elevada en los pacientes de tuberculosis en espera de que se elaboren mejores métodos de supervisión del avance de la enfermedad. - SENSITIVE TARGETS, examina la ruta bacteriana mevalonato-independiente 1-deoxi-D-xilulosa 5-fosfato (DOXP), que puede desarrollar objetivos para los fármacos de la tuberculosis y la malaria. - NM4TB, es un Proyecto Integrado que pretende crear fármacos de alta potencia para la tuberculosis. - NEWTBDRUGS, para el desarrollo de nuevos objetivos que reduzcan el tiempo de tratamiento, y las oportunidades de que se haga resistente el fármaco. La Comisión Europa financia también la Cooperación de Europa y los países en desarrollo sobre ensayos clínicos (EDCTP), en la que la Unión Europea junto a los países en desarrollo podrán avanzar en las pruebas clínicas para los fármacos y vacunas contra el VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria.