Garantizar que el patrimonio cultural europeo pueda capear el cambio climático y los peligros naturales
El patrimonio cultural europeo se ve extremadamente expuesto al cambio climático y los peligros naturales, que pueden poner en peligro su integridad y sostenibilidad. Durante las cuatro últimas décadas, numerosas instituciones europeas han puesto en práctica estrategias preventivas destinadas a proteger los sitios culturales de la Unión Europea. Todas estas iniciativas estaban muy centradas en la prevención y la política pública, pero ninguna de ellas abordaba la cuestión de «qué hacer después». El proyecto financiado con fondos europeos STORM (Safeguarding Cultural Heritage through Technical and Organisational Resources Management) está considerando ese siguiente paso. Poner en práctica la prevención STORM utiliza la valiosa información sobre prevención recopilada en el marco de los proyectos anteriores con el fin de crear herramientas prácticas para salvaguardar el patrimonio cultural europeo. Al hacer que los procesos estén enfocados al usuario y centrados en el ciudadano, STORM ofrece un nuevo nivel de concienciación sobre la protección y la prevención. «STORM propone un conjunto de novedosos modelos predictivos y métodos mejorados, no invasivos ni destructivos, para analizar y predecir cambios ambientales, así como para detectar amenazas y condiciones que puedan dañar los sitios del patrimonio cultural», afirma la coordinadora del proyecto, la doctora Silvia Boi. El proyecto estudia en qué medida se ven afectados por los fenómenos meteorológicos extremos distintos materiales, estructuras y edificios vulnerables, y utiliza para ello una variedad de sensores específicos del sitio y herramientas de evaluación de daños. «Por ejemplo, nuestros trabajos en el yacimiento de las Termas de Diocleciano emplearon técnicas de supervisión atmosférica para evaluar el impacto de los contaminantes sobre el monumento y técnicas de control del microclima para conservar el patrimonio arqueológico y monumental». El proyecto también llevó a cabo un análisis estructural del monumento utilizando un escáner láser 3D en distintos momentos y lugares del sitio para obtener datos sobre las vibraciones causadas por el tráfico rodado y subterráneo. Se evaluaron las condiciones ambientales y se compararon los datos obtenidos con parámetros meteorológicos. STORM utiliza sensores acústicos inalámbricos e intrafluorescentes, así como técnicas de levantamiento y diagnóstico, incluidas LiDAR y UAV. Durante las próximas fases del proyecto se utilizarán técnicas de «crowdsensing» y colaboración masiva. Estas técnicas permitirán contar con aplicaciones y servicios a través de una infraestructura de nube abierta, lo que resultará en una plataforma colaborativa para obtener información y aumentar los conocimientos. Los datos compartidos permitirán desarrollar procesos y metodologías sostenibles para proteger y gestionar el patrimonio cultural europeo. Se utilizarán técnicas de colaboración masiva para recopilar información durante el proceso de evaluación rápida cuando se necesite una intervención ante situaciones repentinas de peligro. Esto permitirá garantizar que se envíe al lugar a los profesionales adecuados y en el momento adecuado. Los participantes serán rigurosamente identificados y seleccionados durante la definición de los escenarios de prueba y se planificarán algunos ejercicios para evaluar los resultados de la respuesta. Por otra parte, se utilizarán técnicas de «crowdsensing» para recopilar datos sobre peligros específicos que amenazan los sitios piloto. Se invitará a turistas y estudiantes, además de personas con más experiencia, a cargar determinados datos, como texto e imágenes. Entonces, el proyecto podrá utilizar este material para llevar a cabo sus actividades sobre una base fundamentada. De la evaluación a la aplicación sobre el terreno El sistema STORM se está evaluando en Italia, Grecia, el Reino Unido, Portugal y Turquía. De acuerdo con la doctora Boi, los resultados de estos cinco sitios piloto permitirán obtener un paquete uniforme de guías, mejores prácticas y lecciones aprendidas sobre el uso de las tecnologías STORM. Esto incluye sensores terrestres y tecnologías de evaluación de daños, así como servicios de gestión, evaluación de riesgos y conocimiento de la situación para detectar rápidamente y mitigar eficazmente los peligros naturales y las amenazas que plantea el cambio climático. «Todos los Gobiernos tienen la responsabilidad de garantizar la preservación y la valorización del patrimonio nacional a través de la formulación de políticas que sean eficaces e inclusivas. Las políticas deben contribuir a aumentar la concienciación entre las comunidades locales y las instituciones acerca de la conservación de su patrimonio», afirma la doctora Boi. Ni los reglamentos y las directivas actuales sobre el impacto del cambio climático en el patrimonio cultural ni los planes nacionales de emergencia son suficientes para cubrir las necesidades evaluadas por el proyecto STORM. «Se detectaron puntos débiles en las directrices específicas proporcionadas por las autoridades, lo cual crea una situación comprometida en la práctica totalidad de los países participantes en el proyecto», explica. Al final del proyecto STORM, se publicarán recomendaciones políticas para proponer un método viable para mejorar la respuesta. «El proyecto arrancó con la gran ambición de construir un marco motivacional común a partir de un amplio grupo de competencias diferentes», comenta la doctora Boi. «Tras el primer período de STORM, sabemos que la metodología podría funcionar, por lo que ha llegado el momento de aplicarla sobre el terreno».
Palabras clave
STORM, patrimonio cultural, cambio climático, identidad cultural, arqueología, desastres naturales, LiDAR, UAV, conservación preventiva, evaluación de daños, plataforma basada en la nube