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Un proyecto europeo leva anclas para estudiar el hielo del Mar Ártico

Una expedición científica extraordinaria se dirige al Ártico a bordo del rompehielos surcoreano Araon. Esta iniciativa conjunta de Estados Unidos y Corea del Sur medirá distintas características del hielo marino y el océano mediante tecnología desarrollada en el proyecto financiado con fondos europeos ICE-ARC.

Una de las tendencias ambientales más preocupantes con respecto al cambio climático puede observarse en el Ártico, una región que se calienta de media al doble de velocidad que el resto del planeta. El hielo ártico estival alcanzó en 2012 un mínimo total, momento en el que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) registró que se había reducido en un 50 % en comparación con la media de las décadas de los ochenta y noventa. El proyecto ICE-ARC, iniciado en enero de 2014, se propone medir y conocer mejor los distintos tipos de presiones que influyen en estos cambios y, al mismo tiempo, evaluar las consecuencias climáticas, medioambientales, económicas y sociales que tienen lugar a escala regional y mundial. Las veintiuna organizaciones participantes en ICE-ARC, coordinadas por el Consejo Nacional de Investigación del Entorno Natural del Reino Unido (NERC), confían en lograr sus objetivos gracias al empleo de plataformas autónomas y rentables con las que vigilar unos veintiséis parámetros. El buque Araon, entre otros, ya ha comenzado la labor de despliegue de las plataformas autónomas de ICE-ARC. Las plataformas se basan en dos tecnologías: SIESTA, unas boyas que se dejan caer desde el aire y que miden las dinámicas del hielo marino, y las boyas SATICE GPS. «La boya recoge datos de GPS de forma ininterrumpida y otros datos geofísicos (atmosféricos, criosféricos y oceanográficos) en su deriva por las banquisas», afirmó Pedro Elosegui del CSIC, director de la primera sección de trabajo del proyecto. Los datos se transmitirán, a través de una conexión a un satélite Iridium en tiempo casi real, hasta un ordenador central donde finalmente se llevará a cabo su postprocesamiento. Estos datos tan valiosos se emplearán de dos formas. En primer lugar se introducirán en un modelo del hielo, el océano y la atmósfera capaz de realizar predicciones sobre la velocidad y la naturaleza de los cambios que se producirán en la capa de hielo, la estructura oceánica y la temperatura atmosférica. A continuación, las predicciones se usarán en otro modelo capaz de calcular el impacto de los cambios físicos previstos en sistemas económicos regionales y mundiales y en sistemas sociales. Esta labor en concreto, a ejecutar en la tercera sección de trabajo del proyecto, contará con la colaboración entre investigadores del Instituto Meteorológico de Dinamarca y cazadores inuit de Groenlandia a fin de realizar observaciones en el hielo marino y comprobar la forma en la que los cambios tanto pasados como actuales influyen en las poblaciones locales y en su capacidad para adaptarse y sobrevivir. En ICE-ARC se unen por vez primera un modelo de impacto mundial con otro físico del clima para evaluar directamente el impacto económico de situaciones de cambio climático tanto observadas como previstas. Los socios confían en que los resultados de este proyecto, financiado con 12 millones de euros y que finalizará en diciembre de 2017, generarán opciones políticas y de gestión más efectivas para que la sociedad pueda responder al cambio climático. También se espera que contribuyan a garantizar unos medios de subsistencia sostenibles y acordes con las necesidades culturales de las comunidades locales. Para más información, consulte: ICE-ARC http://www.ice-arc.eu/ Ficha informativa del proyecto http://cordis.europa.eu/project/rcn/110891_es.html

Países

Reino Unido

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