El surgimiento de identidades modernas en Europa del Este
El continente europeo ha sido testigo en un breve período histórico del surgimiento de nuevos países y de cambios de fronteras (como es el caso de Serbia). Estas mutaciones en fronteras consolidadas histórica y políticamente han afectado a entre ocho y diez millones de personas pertenecientes a minorías étnicas de toda Europa oriental. En este período, ha sido notable la influencia ejercida por los grandes flujos migratorios en el ambiente cultural y social tanto de los países emisores como de los receptores. Este es el telón de fondo sobre el que, bajo el lema «Moving peoples and moving borders», se pone en marcha el proyecto (ENRI-EAST) , con el objetivo de estudiar los efectos que ejercen determinados factores de movilidad sobre la vida cotidiana de las personas y sobre sus sentimientos de pertenencia o de identidad social. La investigación empírica se centró en estados-nación que se encuentran a uno y otro lado de la nueva frontera oriental de la UE: Bielorrusia, Alemania, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rusia, Eslovaquia y Ucrania. Se prestó especial atención a los grupos nacionales y étnicos que viven a ambos lados de la principal línea que divide ahora al continente europeo en términos geopolíticos en al menos dos territorios. La parte que queda al este de esa divisoria comprende a los países de la antigua Unión Soviética (URSS), a los que se conoce en la actualidad como Nuevos Estados Independientes (NEI). Alrededor de dos docenas de grupos nacionales o étnicos divididos viven ahora a ambos lados. Un aspecto crítico común a todos estos grupos es que gran parte de su población vive fuera de las fronteras estatales de las naciones de las que procede su etnia, por efecto de los cambios en las fronteras o de las migraciones. El proyecto ENRI-EAST estudió a doce minorías étnicas de ocho países a uno y otro lado de la nueva frontera oriental de la UE, grupos de origen alemán retornados desde países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y judíos rusos que viven en Alemania. Los investigadores diseñaron un cuestionario común para analizar desde el punto de vista social el pasado y el presente de los grupos nacionales o étnicos objeto de estudio. Así, diseñaron un modelo de investigación que cubría tanto la teoría como la historia, entrevistas con el fin de recabar datos, análisis de datos cualitativos y cuantitativos y un estudio piloto. A fin de obtener datos comparativos, se desarrolló en el marco del proyecto una encuesta formal a gran escala (ENRI Values and Identities Survey, ENRI-VIS), que fue uno de los elementos fundamentales del estudio. Se llevaron a cabo un total de 144 entrevistas biográficas (ENIR-BIO) y de 42 entrevistas a expertos (ENRI-EXI). Las tareas investigadoras revelaron una serie de importantes cuestiones transversales, tales como los aspectos lingüísticos, las tensiones étnico-nacionales, la confianza institucional, la participación política y la sociedad civil, las identidades colectivas étnico-nacionales y las actitudes hacia Europa y la UE. Los expertos del proyecto elaboraron una serie de documentos en los que se resumían ciertas cuestiones de índole teórica pertinentes al estudio de las interacciones entre las identidades nacionales y regionales. El estudio ENRI-EAST confirmó que un entorno político y social de tolerancia promueve procesos de integración que funcionan como eficaz mecanismo de conservación de las identidades culturales y étnicas. Los resultados indican que las minorías étnicas muestran tipologías de identidad marcadamente polifacéticas, destacan en general por su apego a las zonas en las que nacen y se educan y son ciudadanos-patriotas-europeos fieles. Los datos y resultados del proyecto sugieren ciertas recomendaciones de políticas en varios aspectos; a título de ejemplo, lo relativo a las cuestiones de las minorías o a la cooperación entre las instituciones nacionales, la sociedad civil y las organizaciones internacionales para una mejor integración de las minorías étnicas. ENRI-EAST ha puesto de relieve además que deben concentrarse los esfuerzos en las jóvenes generaciones, pues son más abiertas a los valores liberales de Europa.