Lentes como ojos humanos para cámaras de teléfonos móviles
Actualmente la producción de las lentes de los instrumentos ópticos es un proceso bastante estándar para los fabricantes. Se trata de materiales duros que se utilizan para ver las cosas con un tamaño determinado a intervalos de distancia específicos. No obstante, la lente del ojo humano es deformable y está hecha de tejidos que pueden cambiar de forma mediante un proceso que se llama acomodación con el fin de enfocar en casi cualquier cosa a grandes distancias. La contracción y la relajación de los pequeños músculos sujetos a la lente cambian la curvatura y engrosan o adelgazan la lente según las necesidades. La perspectiva de imitar las capacidades de la naturaleza fabricando lentes flexibles y ajustables plantea posibilidades muy interesantes para distintas aplicaciones en biomedicina y electrónica de consumo. Esta tecnología es aplicable directamente a los implantes de lentes intraoculares (IOL) y permitiría mejorar el rendimiento de dispositivos como las cámaras de los teléfonos móviles o pantallas de cristal líquido (LCD) flexibles. Un grupo de científicos trabaja en el desarrollo de una tecnología de este tipo con la financiación de la Unión Europea concedida al proyecto «Parylene based artificial smart lenses fabricated using a novel solid-on-liquid deposition process» (Parylens). Un proyecto de un Programa Marco anterior (Multipol) demostró que se puede usar una lámina delgada de polímero (Parylene) sobre una superficie líquida para sellar herméticamente el líquido sin deformarlo. La aplicación subsiguiente de fuerzas externas, ya sea mediante los músculos del ojo o con electrodos conductores transparentes (polímeros activados eléctricamente o EAP), puede deformar la lente y cambiar su longitud focal. Uno de los objetivos científicos clave del proyecto Parylens fue la creación de un grado de libertad adecuado para permitir la acomodación. Además, los científicos tuvieron que mantener las numerosas propiedades ventajosas del parileno, incluida su biocompatibilidad, transparencia y no reactividad química (inertitud). Hasta la fecha se ha abordado el problema de la flexibilidad y sobre su superficie se han depositado nanopartículas con propiedades antibacterianas conocidas. Además, los científicos han empleado un proceso (el denominado proceso sol-gel) que genera un material húmedo, parecido a un sólido, destinado a conseguir que el cuerpo líquido de la lente sea comprimible. Finalmente, se ha producido un primer prototipo de LCD flexible. Parylens va más allá de la última tecnología en encapsulación sólido sobre líquido y allana el camino hacia la nueva generación de dispositivos ópticos, por lo que propinará un impulso muy importante a la competitividad de la economía de la Unión Europea.