Aviones nuevos que volarán en un cielo más limpio
La demanda de vuelos comerciales regionales está aumentando a medida que la Unión Europea se expande y prosperan los intercambios entre los países que la integran, pero la contaminación acústica y ambiental resultante es disconforme con las políticas comunitarias sobre cambio climático. En el marco del proyecto «Future regional aircraft requirements study» (FRARS), financiado con fondos comunitarios, se buscaron formas de impulsar el transporte aéreo regional que se adecuasen a las disposiciones normativas de Europa, cada vez más exigentes en materia medioambiental. Integrado en las iniciativas Cleansky y Green Regional Airline de la Unión Europea, en el proyecto se esbozaron los requisitos que deben cumplir las configuraciones de las nuevas aeronaves para poder avanzar hacia este ambicioso objetivo. En estrecha colaboración con diferentes compañías aéreas y socios, se analizaron factores como tamaño, flota, ingresos, clientes, consideraciones de carácter medioambiental y perspectivas futuras de varias compañías aéreas para comprender su evolución. Posteriormente, FRARS expuso los requisitos deseables, pesos, parámetros y aspectos de diseño para elaborar una metodología y un conjunto de herramientas que facilitasen a los fabricantes la producción de nuevas configuraciones de aeronaves. Dentro de estos requisitos se incluyen las capacidades tecnológicas, los costes de desarrollo, las consideraciones del fabricante y otros aspectos importantes para lograr el diseño óptimo. Una vez validado un diseño viable, se confía en que los aviones resultantes no solo sean más ecológicos, sino también extremadamente competitivos, de acuerdo con los requisitos y las prioridades de las compañías aéreas que adquieren dichas aeronaves. En este sentido, el proyecto puso de relieve el éxito de una emprendedora compañía griega que colabora estrechamente con Alenia Aeronautica, de Italia, para crear valiosas sinergias y nuevas oportunidades de negocio. Si bien los resultados del proyecto se han clasificado como confidenciales, se han dado a conocer a destacadas entidades del sector, incluidas cincuenta y cinco compañías aéreas europeas. Las principales conclusiones de esta iniciativa están también a disposición de todas las partes interesadas que forman el consorcio del proyecto, así como de otros organismos importantes de la Unión Europea que podrían beneficiarse de tan novedosa información. Además de fomentar la competitividad del sector, el proyecto podría reducir notablemente la contaminación ambiental y acústica de los cielos europeos, dando así un importante impulso a la industria aeroespacial de Europa.
