Control de la morfogénesis celular bacteriana
Una cuestión fundamental en esta disciplina científica es de qué manera determinan y regulan su forma las células. La hipótesis actual es que la célula se divide de forma dinámica en compartimentos y que el citoesqueleto desempeña un papel de organizador central, al coordinar espacialmente las funciones celulares fundamentales. El descubrimiento de que las bacterias poseen una estructura de citoesqueleto homóloga a la de la actina (proteínas de la familia MreB) y que ésta podría regular la morfogénesis celular condujo a la creación del proyecto financiado por la Unión Europea SHAPE («Control de la morfogénesis celular:la pared celular y el citoesqueleto de actina de las bacterias»). El objetivo principal de los socios del proyecto era dilucidar los factores que controlan la morfogénesis de la pared celular bacteriana y determinar las diferentes funciones del citoesqueleto bacteriano y los mecanismos subyacentes al mismo. Los investigadores piensan que la familia de proteínas MreB homólogas de la actina forma una red filamentosa dentro de las células bacterianas, coordinando el movimiento de los cromosomas u otras macromoléculas, desempeñando así un papel análogo al del citoesqueleto eucariota en el tráfico celular. Sin embargo, quedan por aclarar los detalles sobre el mecanismo y los efectores que utilizan las proteínas MreB para cumplir estas funciones. Utilizando la bacteria Gram-positiva Bacillus subtilis como modelo, el equipo SHAPE se propuso descubrir las proteínas de unión de MreB, las dianas y los efectores y determinar la organización espacio-temporal del citoesqueleto de MreB. Los resultados obtenidos hasta ahora apuntan a que las proteínas de la familia MreB no forman filamentos prolongados en vivo, sino que generan parches que se mueven perpendicularmente al eje longitudinal de la célula. Esto también hace pensar que el movimiento de MreB se acciona gracias al complejo sintetizador de la pared celular. Los socios del proyecto SHAPE están analizando los factores que determinan la forma de la célula, centrándose en el papel del citoesqueleto de MreB. Además de proporcionar información valiosa sobre los mecanismos subyacentes que regulan la dinámica y el funcionamiento de MreB, los resultados del estudio podrían servir para crear nuevas dianas antimicrobianas.