La resistencia a los antibióticos entra en la cadena alimentaria
La resistencia a los antibióticos supone un grave problema en las sociedades modernas. Ciertamente, el mal uso de los antibióticos acentúa el problema, pero la causa principal subyacente a este fenómeno es la transferencia de genes de resistencia a antibióticos entre los microorganismos. Hasta ahora, la mayoría de los estudios principales se ha centrado en la capacidad de las bacterias patógenas para transmitir estos genes. Sin embargo, las cepas no patógenas que se utilizan en la fermentación de alimentos resultan igualmente importantes. La transmisión de genes de resistencia a antibióticos entre estas bacterias tiene implicaciones directas en la cadena alimentaria. En este contexto, el proyecto ACE-ART («Valoración y evaluación crítica de la capacidad de transferencia de resistencias a antibióticos en la cadena alimentaria»), financiado con fondos europeos, se centró en las cepas de bacterias del ácido láctico empleadas como cultivos iniciadores en los alimentos fermentados para evaluar su capacidad de transferir genes de resistencia a antibióticos. El objetivo final era evaluar cómo afectaba el uso de antibióticos en la agricultura y en la prevención y tratamiento de enfermedades en humanos. Las cepas bacterianas se evaluaron como fuente de genes de resistencia a antibióticos y por su capacidad de transmitir estos genes al entorno, a los animales y a los humanos. Los resultados demostraron que era más probable que la transferencia se produjera en patógenos gram-positivos y que la presencia de antibióticos en el entorno aumentaba este efecto. Los experimentos realizados para definir el patrón de resistencia a los antibióticos lograron identificar tres mecanismos diferentes, a saber, naturales o intrínsecos, de mutación y de resistencia adquirida por transferencia horizontal. Estos resultados apoyaban la posición de la AESA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) que exigía la evaluación fenotípica y genética de los perfiles de resistencia farmacológica de las cepas que entraban dentro del marco de aprobación de la EFSA. El consorcio ACE-ART puso en marcha una campaña de divulgación centrada en las autoridades europeas y en la población general, fomentando al mismo tiempo la cooperación entre científicos e industria. Los descubrimientos del proyecto aclararon los fenómenos de aparición y transmisión de resistencia a los antibióticos en las bacterias no patógenas, lo que supone consecuencias importantes para la industria alimentaria y para la prevención y las estrategias terapéuticas en el futuro.