Sensores con sentido
Los biosensores son dispositivos pequeños utilizados por ejemplo en medicina o ciencias ambientales que pueden interactuar con el cuerpo o el medio ambiente para dar cierta información o facilitar un diagnóstico. Uno de estos llamado «biosensor de afinidad molecular» es capaz de analizar las interacciones de biomoléculas como las proteínas del organismo. Se trata de una tecnología importante en el diagnóstico médico que no había sido perfeccionada hasta hace poco. En respuesta a dicha carencia, el proyecto NanoSens (Nanopartículas: su aplicación en el desarrollo de biosensores con balizas moleculares electroquímicas»), totalmente financiado por la UE, se dedicó a investigar cómo las nanopartículas modifican el transductor (es decir, el electrodo que entra en contacto con el cuerpo) en un sensor. El proyecto se propuso modificar las propiedades químicas de los biosensores utilizando nanopartículas para mejorar u optimizar el rendimiento de su superficie. El objetivo del proyecto era modificar la superficie de los sensores de ADN para hacerlos más eficientes sin utilizar productos químicos o sustancias en los sensores. Este tipo de biosensores se conocen como «sensores sin reactivos» (reagentless) y su funcionamiento no depende de productos químicos externos. En cambio, sí se había previsto el uso de las balizas moleculares electroquímicas (E-MB), que son sondas extremadamente diminutas que detectan sustancias químicas específicas. Utilizando estos principios, y tras rigurosas pruebas, los socios de NanoSens han logrado un conjunto de resultados positivos que permitirá mejorar la fabricación de biosensores. El proyecto tuvo finalmente éxito a la hora de diseñar nuevos protocolos para estructurar la superficie conductora de los biosensores basados exclusivamente en técnicas electroquímicas. El planteamiento es muy interesante, y no sólo para los sensores utilizados en la demostración del proyecto, sino para diversos tipos de sensores, pues facilita una solución versátil, rápida y rentable a nanoescala para mejorar las superficies conductoras de las sondas biosensoras. La tecnología también podría aplicarse en la industria de la microelectrónica o para preparar nanosensores. Como mínimo, el proyecto ha ayudado a la ciencia a idear elementos sensores que se pueden utilizar como herramientas de diagnóstico de bajo coste en varios campos, lo que sin duda resultará muy útil.