Siguiendo al gen saltarín
El proyecto se centra en un segmento móvil de ácido desoxirribonucleico (ADN) denominado «elemento largo intercalado 1», Line-1 o sencillamente L1. Este transposón es capaz de copiarse y pegarse por todo el genoma, siendo tan prolífico que representa la tercera parte del genoma humano. La colocación del L1 en medio de un gen puede tener repercusiones en la salud. De hecho, enfermedades como el cáncer y la hemofilia se han atribuido a mutaciones causadas por L1. Asimismo, hay muchos genes que incorporan L1 en sus sistemas regulatorios. Las pesquisas de Somatic Line-1 han sacado a relucir, entre otros aspectos, que L1 se encuentra activo en células madre neuronales que poseen la capacidad de transformarse en diversas clases de célula nerviosa. Asimismo, sus investigadores han descubierto la existencia de más copias de este gen saltarín esparcidas por las células cerebrales que en otros tejidos de cada donante único. Esto indica que el genoma del cerebro no está fijo, si bien harán falta más investigaciones para valorar en su justa medida la relevancia biológica de este hallazgo. Actualmente los socios del proyecto estudian si la actividad de L1 es una característica de las células madre somáticas en general o bien si es exclusiva de las neuronales. Mirando al futuro, se espera que este proyecto mejore el conocimiento científico acerca del funcionamiento de L1 y de sus repercusiones en la salud humana. Teniendo en cuenta la posible implicación de L1 en determinadas enfermedades, los hallazgos podrían incluso allanar el camino hacia el desarrollo de fármacos que controlen su actividad.