Luz verde a la banda ancha ultrarrápida
La conexión a Internet «ultrarrápida» está estrechamente relacionada con el éxito de la Agenda Digital comunitaria. Muchos europeos ya se benefician de las características que aporta la Web 2.0 y que ya forman parte de su vida diaria. Pero hacer llegar los beneficios de la banda ancha a los pueblos más apartados de las sierras europeas no es sencillo. Normalmente se obtiene una mayor velocidad de transferencia de datos por banda ancha mediante cables de fibra óptica y ciertas herramientas especializadas de comunicación vía satélite. Pero es necesario hallar formas más sencillas de suministrar banda ancha en toda Europa. Para ello se ha creado el proyecto financiado con fondos comunitarios Powernet. Su objetivo principal fue el de desarrollar lo que se denominó «banda ancha cognitiva a través de cables eléctricos» (Cognitive broadband over power lines, CBPL), que aprovecha la infraestructura eléctrica ya disponible en todo el continente. El proyecto creó varios demostradores que no sólo transmiten datos a la velocidad que se espera de la banda ancha, sino que lo hacen con mayor eficiencia mediante el uso de densidad espectral de potencia (PSD) de baja transmisión (low transmit power spectral density) y el empleo de una relación entre señal y ruido baja. Las demostraciones también debían cumplir la regulación relativa a la radiación electromagnética y utilizar componentes comerciales para su utilización en las primeras pruebas sobre el terreno en menos de un año. Una tarea en absoluto sencilla. Las primeras pruebas sobre el terreno se dedicaron a confirmar la validación del diseño y también a establecer directrices que guiaran el desarrollo de un ASIC (circuito integrado para aplicaciones específicas), un microchip de aplicación concreta, para el terminal analógico (AFE), una de las partes más complejas del sistema CBPL planeado. Los circuitos digitales se diseñaron para que el cliente o el diseñador los configurase tras su fabricación mediante FPGA (matrices de compuertas programables en campo). El beneficio del método FPGA es que puede ejecutarse un desarrollo comercial posterior como un ASIC digital que complemente al analógico, según los socios del proyecto. Tras la primera tanda de pruebas el ASIC analógico se desarrolló durante el segundo año del proyecto. El chip se probó para evaluar su rendimiento y se integró en circuitos integrados digitales necesarios para las nuevas unidades demostradoras CBPL. Además en la segunda fase del proyecto Powernet, de una duración total de 29 meses, se aplicaron algoritmos informáticos para corregir errores en el sistema y lograr «algoritmos cognitivos» capaces de aprender de los datos que reciben. El último paso consistió en la integración de las partes —el ASIC analógico en el demostrador CBPL— probarlas y realizar los ajustes necesarios. En las pruebas de campo las unidades de demostración dieron un mejor resultado que la tecnología disponible en el mercado y se alcanzó el PSD y los objetivos de radiación electromagnética deseados, según informó el equipo. Los cinco socios del proyecto (tres PYME, un instituto científico y una empresa eléctrica pública) difundieron los resultados validados en congresos y reuniones con otras empresas. Esta campaña de difusión y publicidad incluyó tareas de estandarización. Powernet ha sido partícipe en la redacción de los estándares IEEE 1901 relativos a este ámbito y su trabajo ha recibido comentarios positivos del grupo electrónico Homeplug/Panasonic. Desde la finalización en 2008 de la parte del proyecto financiada con fondos comunitarios, sus responsables han recibido solicitudes para realizar otras pruebas de campo en sus redes de distribución eléctrica. Otros grupos han manifestado interés en el aprovechamiento de los resultados del proyecto Powernet.