Estimaciones más precisas del carbono almacenado en los bosques europeos
Los científicos del consorcio formado por este proyecto utilizaron datos estadísticos sobre los bosques de distintos países y regiones para determinar la biomasa correspondiente a árboles enteros. Esta información y estimaciones del carbono realizadas en estudios del suelo se emplearon para calcular cambios en las reservas forestales de carbono a escala nacional y europea. Este proyecto responde al compromiso adquirido por la UE con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y contribuye al cumplimiento de los objetivos fijados en el Protocolo de Kyoto. Se elaboró un modelo de proyección de recursos forestales para calcular los presupuestos de carbono de bosques de gran extensión de seis países de la UE, a saber, Austria, España, Alemania, Irlanda, Finlandia y Suecia. Se calculó la biomasa de carbono correspondiente a tres especies y categorías de edad a partir de mediciones de volumen. Para la conversión se emplearon factores de expansión de la biomasa (BEF), cocientes que fueron perfeccionados por el proyecto. De esta forma pudieron compararse las diferencias en las concentraciones de carbono por hectárea de los países estudiados con la biomasa media por hectárea. Los investigadores asumieron que la superficie forestal no sufrió alteraciones durante el período de estudio y que cualquier cambio en los depósitos de carbono se debía a la muerte o al envejecimiento de los árboles. No obstante, el número de árboles talados estaba sujeto a una serie de factores, entre ellos los precios en el mercado, la demanda de madera y los daños causados por tormentas. Por consiguiente, los cambios en la biomasa forestal indicados por el modelo informático pueden no corresponderse con la realidad. El modelo forestal también se utilizó para calcular la cantidad de hojarasca del suelo y los resultados se aplicaron a un modelo del carbono en el suelo denominado YASSO que simula la descomposición de dicha hojarasca. Se observó que las estimaciones del carbono del suelo correspondientes a Austria, Alemania, Finlandia y Suecia eran inferiores a los valores indicados por el modelo. En cambio, las estimaciones correspondientes a Irlanda y España eran superiores a los valores de la simulación. Estas diferencias podrían deberse a una sobreestimación de las tasas de descomposición de la capa orgánica del suelo y a cambios anteriores en las condiciones ambientales y de gestión forestal. El planteamiento seguido en Carbo-invent permitió el uso de distintas fuentes de información, lo cual proporcionó una estimación más precisa de los cambios en las reservas de carbono de los bosques en distintas partes de Europa. Gracias a ello se elaboraron inventarios forestales nacionales más exactos con los que se podrán elaborar informes más fidedignos de las emisiones de gases de efecto invernadero.