El sonido como reflejo de la acción
Las expresiones faciales y los movimientos corporales son componentes muy importantes de la comunicación no verbal. Son muchos los animales que hacen uso de los signos faciales, pero éstos están más desarrollados y son más complejos en los primates y los humanos. La región del cerebro especializada en procesar estas señales es el surco temporal superior (STS). El STS, que también se encarga de integrar estímulos que proceden de distintos sentidos, es una parte integral del sistema de neuronas espejo, que fue el objeto de un estudio comunitario denominado MIRROR. Los socios del mismo se propusieron dilucidar el papel concreto que desempeña este sistema en funciones tales como la imitación y la comprensión de las intenciones de los demás. Concretamente, un grupo de investigadores de la Universidad de St. Andrews de Escocia (Reino Unido) estudió si las neuronas que procesan los estímulos visuales integran también el sonido de las acciones correspondientes. El objetivo fundamental era averiguar si la suma de la expresión facial y el sonido influye positiva o negativamente en la reacción del receptor. El sonido moduló la respuesta de casi la cuarta parte de las neuronas espejo que reaccionaban ante la visión de las acciones. El sonido de una acción determinada podía bien intensificar bien moderar la reacción neuronal. Curiosamente, cuando la intensidad de la respuesta era mayor, la magnitud del incremento dependía de si el sonido se correspondía o no con la acción. Este hallazgo sirve para comprender mejor el estado neurológico de los pacientes autistas. Se ha sugerido que un desarrollo deficitario del sistema de las neuronas espejo podría ser la causa de algunos síntomas del autismo. Además, el conocimiento de cómo funciona el sistema de neuronas espejo, que es en esencia un sistema motor, podría resultar de utilidad en la rehabilitación de pacientes que han sufrido un ictus.