Una base de datos de diversidad contribuye a conservar razas raras del cerdo
La protección de los recursos genéticos existentes figura entre los objetivos primordiales de los especialistas en ecología y genética. Pero el interés por la biodiversidad no se restringe a los círculos académicos. Así, por ejemplo, la conservación de especies raras de animales ha cobrado fuerza gracias a las actividades de empresas dedicadas a comercializar carne de variantes tradicionales. Con el propósito de promover el consumo de carne de la mayor calidad procedente de razas británicas tradicionales y genuinas, están contribuyendo a la conservación de genotipos raros. Los miembros del proyecto financiado con fondos comunitarios PIGBIODIV2 obtuvieron recursos genéticos procedentes de razas porcinas de origen chino y europeo y los compararon entre sí. Se constató que las razas autóctonas de China constituyen un componente muy valioso de los recursos genéticos porcinos que existen en el mundo y sirvieron como «barómetro» de la diversidad de las poblaciones europeas. Para sacar el máximo partido a los recursos recabados en el transcurso del proyecto, científicos del Instituto Roslin de Escocia, parte del consorcio del proyecto, recopilaron una base de datos sobre la diversidad de los porcinos europeos. Entre otras razas más raras, también se incluyeron el gran cerdo blanco y la variedad Landrace, que representan alrededor del 60% de las piaras de cría que existen en Europa. El jabalí europeo, pese a no ser una especie amenazada, es representada como origen del cerdo doméstico. En la elaboración de la base de datos se utilizaron las tecnologías de genómica más avanzadas. Su núcleo lo constituyen marcadores microsatélites, que son extremadamente útiles para realizar estudios de variación genética. Por medio de una amplificación, usando la reacción en cadena de la polimerasa y electroforesis de alta resolución con gel de poliacrilamida, se determinó la variación en el número de repeticiones existentes en los microsatélites. En la base de datos también se incluye un acervo de frecuencias de alelos para marcadores microsatélites y más de 1.300 polimorfismos de nucleótido simple. Esta base de datos contribuirá a conservar razas raras que están especialmente amenazadas por enfermedades al existir en número reducido. Esto beneficiará a los grandes productores de carne, ya que será posible incrementar su producción y también mejorar el sabor. Lo mismo puede decirse de las empresas más artesanales, como las que producen jamón de Parma, que dependen de genotipos concretos. Por último, el consumidor con criterio podrá no sólo adquirir carne sabrosa, sino también contribuir a las iniciativas científicas de conservación de la biodiversidad.