Hacia una producción de energía más responsable para con la sociedad
Como parte de una red temática creada mediante el Quinto Programa Marco, el proyecto TRENDS-2 se propuso satisfacer las demandas europeas de contar con un suministro energético sostenible, seguro, fiable y limpio. Para ello hubo que definir y analizar los retos principales en los ámbitos de la calidad, la salud, la seguridad y el medio ambiente. Se reunió a un número equitativo de responsables de los diversos colectivos interesados, autoridades políticas, operadores y proveedores, incluyendo PYME y universidades, para debatir los retos presentes y futuros que se plantean en estos ámbitos en relación con la producción de energía a partir de hidrocarburos. Una parte de esta iniciativa se dedicó al concepto de la responsabilidad social y, concretamente, a la tradición y las metas de la industria en lo que concierne a la responsabilidad social corporativa (RSC). Las industrias del gas y el petróleo fueron pioneras en la aplicación de este concepto, y actualmente buscan la total integración del mismo en las transacciones comerciales cotidianas. La gestión de la RSC es beneficiosa, ya que es sinónimo de una buena gestión del riesgo y da prestigio a la marca, así como credibilidad financiera. No obstante, estas industrias se han enfrentado a numerosos obstáculos por lo que respecta a la RSC. Por ejemplo, tratándose de un sector tan variopinto, se observó que la RSC no está establecida adecuadamente en toda la cadena de suministro. Además, se observó que, si bien la práctica de los informes medioambientales está consolidada, no ocurre lo mismo con el impacto social de la actividad industrial. La sociedad moderna se caracteriza por la divulgación de información y conocimientos, por lo que la opinión pública ya no acepta la política de «puerta cerrada» de las empresas. Para resolver las lagunas existentes, superar los retos y concienciar a quien corresponde, se formularon varias recomendaciones. Una de ellas consiste en el aprendizaje mediante la difusión de las experiencias de otros, sean positivas o negativas. Además, se recomendó que las normas relativas a la presentación de informes se ajuste más a la realidad local. También se reconoció la necesidad de que mejore la evaluación del rendimiento y el incremento del grado de involucración de las partes interesadas.
