Desarrollar las redes de sensores para un mejor conocimiento de los océanos
El estudio de las corrientes de agua en algunos de los entornos más hostiles del planeta requiere un esfuerzo importante. Los desarrolladores no sólo han de tener en cuenta las condiciones climáticas extremas, sino que también necesitan utilizar una serie de herramientas de observación y medición. Además, es necesario que sean rentables y en todo caso proporcionen lecturas de mayor precisión que los sistemas a los que sustituirán. Se pusieron en práctica varias modificaciones de los sistemas, que consistieron en cambios en el diseño de las redes de observación en el Estrecho de Fram y en el paso del Mar de Barents. Además, se instalaron nuevos instrumentos en los anclajes. Además, para aumentar la cantidad de anclajes de observación, las estaciones hidrográficas se diseñaron para que captaran la variabilidad espacial de las rutas que siguen las corrientes atlánticas. Se probaron boyas emergentes para la transferencia de datos en tiempo casi real bajo cualquier condición climatológica. También se realizaron otras mediciones clave mediante distintos artefactos, como indicadores de presión de fondo y ecosondas invertidas con sensores de presión para estimar las corrientes barotrópicas y el contenido de calor. En la plataforma del Estrecho de Fram se utilizaron unos tubos de amarre en combinación con correntómetros tipo ADCP (Acoustic Doppler Current Profiler). A pesar de que esta lista no es exhaustiva, éstos y otros nuevos dispositivos fueron los que se pusieron en práctica y contribuyeron de forma positiva al aumento de la precisión, extensión y alcance de los datos en zonas clave. A su vez, mejoraron la precisión de las estimaciones sobre los flujos oceánicos gracias a mediciones más fiables y de mayor resolución. En consecuencia, se consiguió una mejor validación de los modelos y mayor capacidad para predecir las condiciones medioambientales. Si bien las herramientas seguirán desarrollándose, los resultados del proyecto ya pueden servir a una gran variedad de agentes interesados, desde científicos involucrados en estudios árticos y oceánicos hasta empresas con interés en nuevo instrumental oceanográfico, agencias de protección del medio ambiente e industrias pesqueras.