Ver el bosque a pesar de los árboles
Los bosques contienen más del 90% del carbono de los seres vivos de la tierra. Los bosques no son sólo importantes desde el punto de vista ecológico; además, la madera es una parte integral de la economía. Ésta sirve de material para la construcción de diversas cosas, además de emplearse para producir energía y pasta papelera. Las propiedades de las fibras de la madera afectan a la calidad de esos productos. Además, para conseguir un desarrollo sostenible, la calidad de la madera tiene su importancia, debido a los compuestos secundarios basados en el carbono. Los componentes bioquímicos de la madera, como la lignina, los fenoles y los taninos, afectan a la capacidad de resistir a los insectos y diversos patógenos que atacan a los árboles. Este estudio, realizado en la Universidad Georg-August de Gotinga (Alemania), abordó la relación existente entre la calidad de la madera y un nivel de CO2 elevado. El estudio formó parte del proyecto EUROFACE, que investigó los efectos del cambio global en los ecosistemas forestales y agroforestales mediante la tecnología FACE. Este tipo de experimento no modifica ningún otro aspecto del área sometida a las pruebas, salvo la concentración de CO2, y permite la investigación del impacto del cambio global a nivel ecosistémico. Los científicos utilizaron en este estudio métodos bioquímicos y alometría (la relación entre la forma y el tamaño). Examinaron la calidad de la madera y la estructura de la madera joven mediante técnicas microscópicas y análisis de imagen. Para caracterizar la respuesta de la calidad de la madera a elevadas concentraciones de CO2, se investigaron tres especies de álamos. La mayoría de los rasgos anatómicos no mostraron ningún patrón de respuesta uniforme al aumento de CO2. En cambio, la combinación de un aumento del CO2 y la fertilización con nitrógeno produjo pérdidas generales en la zona de la pared celular del 5 al 12% en los tres clones. Los descubrimientos presentados en esta investigación hacen vislumbrar un futuro en el que los cambios climáticos podrían producir un deterioro en la calidad maderera que hoy disfrutamos.