Lucha de resistencia genética contra Fusarium
El Fusarium, un patógeno fungal que afecta a muchos cultivos, es una amenaza tanto para la agricultura como para la salud humana. Puede causar un daño generalizado al cultivo del trigo como el marchitamiento de las plántulas y la infección de los granos del cereal. Los granos de trigo contaminados por el hongo y por su micotoxina pueden ser especialmente dañinos y, si se ingieren, pueden causar síntomas de insuficiencia respiratoria. En casos graves puede haber víctimas mortales. Por desgracia, en amplias áreas de Europa, la humedad y unas condiciones atmosféricas cálidas prevalecen durante el periodo de crecimiento, época en la que el hongo puede proliferar. El objetivo del proyecto europeo FUCOMYR consistía en investigar y acelerar el desarrollo de la resistencia genética a este patógeno. El equipo de investigadores del proyecto en el IFA-Tulln de Austria estudió concretamente los loci de rasgos cuantitativos (QTL) para la resistencia en más de veinte variedades diferentes del trigo de primavera. Los QTL son fenotipos que están controlados por genes múltiples. Se estudiaron dos líneas de artillería genética contra la enfermedad, una contra la propagación y la otra contra la invasión. En una prueba repetida en dos parcelas de cultivo y realizada tras la inoculación con Fusarium, se midieron, entre otras variables, la contaminación por toxinas, masas de mil granos, el número de semillas por espiga y el contenido de ergosterol. El ergosterol es un componente de las membranas y, por lo tanto, un buen indicador de la infección. Se descubrió que los fenotipos que durante el estudio se trataron de forma más eficaz con los loci de rasgos cuantitativos resultaron ser granos de maíz dañados, espigas infestadas y agentes de la contaminación por toxinas. Los datos recopilados de las pruebas indicaron un gran potencial para la incorporación de estos QTL en los programas de cultivo. Más interesante para el equipo resultó el hecho de que la posesión de ambos QTL producía un efecto sinergístico. En segundo lugar, no hubo diferencia alguna cuando se usaron diferentes especies de Fusarium, lo que significa que los QTL no son específicos para especies. Además, tampoco pareció haber diferencias medioambientales entre las dos parcelas de cultivo, lo que indica, por tanto, que los genes serían eficaces en entornos muy diferentes. Los resultados de esta investigación parecen realmente prometedores en la lucha contra la infección por Fusarium. La incorporación de la resistencia conducirá a una industria del trigo cada vez más competitiva para Europa y a un consumo de productos de cereales sin riesgo para la salud del consumidor.