Observación de tanques compuestos
La necesidad de reducir aún más las emisiones contaminantes ha impulsado a la industria automovilística a promover vehículos más limpios, como los de pilas de combustible y los de gas natural (VGN). Aparte del ahorro medioambiental, una tecnología de almacenamiento más ligera también reduciría el consumo de energía. El ahorro medioambiental y energético no debería comprometer la seguridad estructural del vehículo. Hasta ahora, la mayor parte de los métodos de control utilizados para los cilindros de gas natural compuestos en servicio consistía en una prueba hidrostática a alrededor de 300 bares. Este método requiere desmontar los cilindros del vehículo. Para evitarlo, podría realizarse, como alternativa, un método de inspección visual; sin embargo, ambos métodos proporcionan información únicamente respecto de si los cilindros pasan o no la prueba de presión. El proyecto ZEM dio como resultado un nuevo método de inspección que proporciona información sobre la conducta del recipiente a presión de modo permanente. El nuevo método emplea un sistema de sensores de fibra óptica que está integrado en el cilindro y proporciona información de manera continua, ya sea en la fase de reabastecimiento de combustible como en las etapas de inspección. De ese modo, sería fácil determinar la existencia de cualquier deformación que podría provocar un fallo. El sistema de inspección utiliza un valor de deformación límite especificado por los valores de deformación nominales y de la primera prueba. Cuando se exceden estos valores, es necesario hacer otra inspección. El nuevo método de fibra óptica se probó y consideró satisfactorio para detectar cualquier sobrepresión y daños artificiales como cortes, defectos, sacudidas, impactos y delaminación. Se espera que este sistema de inspección innovador mejore tanto la seguridad de los vehículos como el proceso de mantenimiento.