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Northern ocean-atmosphere carbon exchange study

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Cambio climático y océanos ácidos

El proyecto NOCES confirmó la importante función que desempeñan los modelos en la predicción de la magnitud, el alcance geográfico y las fechas de los impactos relacionados con un aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

Las centrales eléctricas, los vehículos a motor, los incendios forestales y otras fuentes naturales y antropogénicas continúan escupiendo grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, por lo que aún queda por ver qué efecto puede tener esto en los océanos de la Tierra. El objetivo de NOCES era utilizar modelos informáticos para simular los complejos procesos biogeoquímicos que participan en la transmisión de CO2 de la atmósfera al mar. Le Laboratoire des Sciences du Climat et l'Environnement de la Commissariat à l'Énergie Atomique (LSCE/CEA) en Francia dirigió el consorcio NOCES, formado por doce institutos de investigación. Utilizando el escenario "business as usual" (sin cambios) elaborado por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático, LSCE/CEA y sus socios predijeron los cambios previstos en el pH de los océanos mediante 13 modelos diferentes. Descubrieron que, como las concentraciones atmosféricas de CO2 continúan aumentando, la disolución de CO2 en las aguas superficiales provoca la reducción prevista del pH; sin embargo, los cambios correspondientes en la química de los océanos fueron más graves en las aguas frías. ¿Por qué es importante esto? Con el descenso del pH, las aguas superficiales se vuelven menos saturadas en minerales de carbonato cálcico (CaCO3), como aragonita, por lo que resulta más difícil para los corales y otros animales marinos construir su material óseo o caparazón de CaCO3. Si el descenso continúa, las aguas más frías realmente serán corrosivas para la aragonita antes de mediados de siglo. Para demostrar el efecto de estos cambios en la química marina de los principales organismos de agua fría, estos científicos sumergieron pterópodos con caparazón en agua salada modificada de forma tal que tuviera las mismas condiciones de corrosión que prevén para finales de siglo. En 24 horas se produjo un deterioro considerable de sus caparazones de aragonita. El análisis del resultado efectuado por LSCE/CEA reveló que esta acidificación prevalecerá en el Océano del Sur, pero que pronto se extenderá al Océano Pacífico subártico. El estudio de NOCES indica que en apenas unas décadas se obtendrán estas condiciones de corrosión, y no en siglos tal y como se pensaba. Se ha publicado una revisión completa del trabajo de creación de modelos, junto con los resultados, en una importante revista científica.

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