Poner los modelos oceánicos en la misma (longitud de) onda
Los océanos desempeñan una función importante en el almacenamiento y el ciclo del carbono. Así pues, si se pretende simular el impacto que ocasiona el aumento de las emisiones de dióxido de carbono sobre el clima de la Tierra, también se deben tener en cuenta los océanos. Lamentablemente, existen diversos modelos oceánicos cuyos resultados con frecuencia difieren entre sí. El Programa de Energía, Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible financió un gran proyecto de investigación titulado NOCES que reunió a expertos en modelización oceánica de toda Europa. El Laboratorio de Ciencias del Clima y del Medio Ambiente (LSCE, Francia) coordinó el proyecto. Una de sus principales contribuciones fue la elaboración de un protocolo de modelización oceánica. El objetivo del protocolo era estandarizar la forma en la que los distintos grupos de investigadores ejecutan sus modelos cuando investigan la variabilidad interanual de los flujos de dióxido de carbono. Así, por ejemplo, se ha fijado el requisito de que todos apliquen las mismas condiciones de frontera, es decir, los datos de reanálisis de los Centros Nacionales de Predicción Medioambiental (NCEP) correspondientes al periodo 1948-2001. Otro elemento importante del protocolo fue la incorporación de un código común de modelización para el ciclo del carbono. Por último, tras la finalización de las simulaciones, se han proporcionado indicaciones específicas en relación con el formato de los resultados de los modelos para facilitar su comparación entre los centros de investigación. El protocolo está disponible en Internet: http://www.ipsl.jussieu.fr/projets/NOCES Además, se espera que se pueda aplicar a futuros proyectos de investigación en los que se aborde el tema de la variabilidad interanual y entre décadas.